El incendio declarado el pasado 30 de octubre en una planta de compostaje en el lugar de Figueiroa, Arteixo, ya está completamente extinguido tras dos meses y medio activo. La empresa que utiliza la instalación, Inversiones Castro Veira, completó en la jornada de ayer los trabajos para cubrir con tierra el material afectado por el fuego. Los vecinos de la zona se quejaron durante estas últimas semanas del fuerte olor que procedía del recinto y que si se permanecía mucho tiempo en el exterior era insoportable respirar.

El fuego se declaró el día 30 de octubre por la tarde y fue controlado en menos de un día, aunque los servicios de emergencia que acudieron al lugar no pudieron extinguirlo y el material allí almacenado, restos de poda que después son triturados, continuó consumiéndose durante más de dos meses.

Uno de los dos propietarios de la empresa, Emilio Veira, relata que el origen se produjo por una "combustión espontánea" y que fue imposible extinguirlo debido a que el "agua no penetra" en el interior y por "el calor que hay dentro". "Echamos agua y no se apagaba", explica. El problema se agravó con las lluvias continuadas que se registraron las siguientes semanas. Veira indica el agua provocó que el material del interior, que se quemaba, quedase aislado del exterior.

Desde que se originó el incendio, era frecuente ver humo que salía de la planta e incluso alguna llama. El propio Emilio Veira reconoce que esto generó "vapor de agua" y que oliese "mal". "En una situación normal, hubiera durado 15 días", señaló el gerente de la planta.

El pasado jueves la empresa inició los trabajos para extinguir de forma completa el fuego. Al remover la tierra, se originó una importante humareda que fue visible desde diferentes puntos del Emilio municipio, según afirmó Veira.

Los operarios formaron un cortafuegos para poder retirar parte de los restos afectados por el incendio y depositar tierra encima. Esta operación se repitió varias veces hasta llegar a la jornada de ayer, cuando los trabajos ya habían finalizado y ya no había ni rastro del humo. Emilio Veira asegura que ahora los operarios estarán pendientes de si surge algún nuevo foco para evitar que las llamas se reactiven.

La Guardia Civil se personó en varias ocasiones en la planta de Figueiroa para investigar el origen del fuego.

El fuerte olor procedente de la instalación, que está situada entre Figueiroa y O Rañal, suscitó quejas por parte de los vecinos, que aseguraron que no podían abrir las ventanas de sus casas y que respirar en el exterior era muy difícil, además de que tenían picores.