José García Liñares (Tordoia, 1950) llegó a la Alcaldía de Cerceda en 1995 después de haber sido concejal de Obras durante cuatro años y aparejador municipal durante otros seis. Saltó de su puesto de funcionario a la política porque, simplemente, le interesó siempre la actividad municipal. Un cuarto de siglo después, su etapa al frente del Concello llega a su fin tras una condena judicial que lo inhabilita a ejercer cualquier cargo público al constatarse irregularidades en la contratación en las obras de las lagunas del botánico. Ayer aseguró que se siente "muy querido" y que actuó libremente.

La salida de Liñares deja a Cerceda sin un político que marcó el devenir del municipio durante un cuarto de siglo. Se estrenó como alcalde en 1995 tras ser acusado su antecesor, Fernando Martínez, de un delito electoral. Logró siete mayorías absolutas desde entonces, incluso logró el respaldo mayoritario de los vecinos en las últimas municipales, que se celebraron después de que la Audiencia Provincial ordenase repetir el juicio, que posteriormente acabó con su condena.

Algunas de las actuaciones de las que se enorgullece el alcalde son el auditorio, la guardería, el parque acuático, el polígono industrial, buenos accesos a los concellos limítrofes y diversas instalaciones deportivas, según explicó tras anunciar su marcha el pasado miércoles, en una comparencia en el Concello en la que estuvo arropado por sus compañeros socialistas.

Una de las personas que más ha tratado con García Liñares es Begoña Rodríguez, diputada autonómica del PSOE y que fue edil en Cerceda durante 17 años en dos etapas. Al todavía alcalde „tiene previsto renunciar a su cargo en pocos días„ lo define como una "persona muy trabajadora" y "segura de sí misma". Los dos entraron en política en 1991, cuando se conocieron por primera vez. Rodríguez, que ayer acompañó al regidor en su despedida, asegura que Liñares es "en esencia" el mismo que cuando empezó. "Trabajó por mejorar la vida de los vecinos", señala.

Durante los años que estuvo al frente del Gobierno local, el regidor tuvo como rival político a Rocío da Igrexa, concejala del BNG que formó parte de la Corporación entre 2003 y 2019. Define a Liñares como una persona "muy déspota" y que nunca delegó.

La gran pasión del todavía regidor es el fútbol. Se volcó durante años con el club de la localidad, que no compite actualmente. Liñares fue alma máter del equipo durante muchos años. Esta afición por el balompié le llevó a la presidencia de la Federación Galega de Fútbol en 2011, en la que sucedió a Julio Meana. Accedió al puesto con una abrumadora mayoría, 115 votos a favor, por 29 de su oponente. Supuso un importante cambio de aires, ya que este organismo había estado presidido por Meana desde 1992. En aquel momento asumió su cuarto cargo público. Tuvo que compaginar la presidencia con la Alcaldía, la dirección del club de fútbol de la localidad y también su responsabilidad en la Diputación de A Coruña, donde era encargado del área de Deportes.

García Liñares continuó como dirigente del fútbol gallego hasta finales de 2014, cuando perdió las elecciones frente al popular Rafael Louzán, entonces presidente de la Diputación de Pontevedra. Lo hizo en unos comicios con tintes políticos. El resultado fue de 80 votos a favor de Louzán y 65 para el alcalde cercedense.

En 2018, el político cercedense intentó volver a hacerse con la presidencia, pero se apeó finalmente de la carrera electoral, lo que dejó vía libre a su rival, Louzán. Cerceda vivió bajo el mandato de Liñares el boom económico de las ayudas vinculadas al cierre de la antigua mina de Fenosa. El Concello llegó a tener un presupuesto de 30 millones de euros en 2008.

Como Torra

El todavía alcalde aseguró ayer, en una entrevista en la televisión municipal, que disfrutó "mucho" durante su tiempo al frente del Ayuntamiento y que se siente "muy querido", además de que se considera un "tío normal". Recordó que logró siete mayorías absolutas desde 1995 y que se marcha con "la cabeza alta".

Su salida se produce forzada por una sentencia de un juzgado, que fue ratificada por la Audiencia Provincial. Los magistrados consideran que prevaricó al ordenar empezar unas obras en el botánico en 2015 antes de que fueran adjudicadas. El regidor defiende su inocencia y afirmó que no causó "perjuicio alguno" al Ayuntamiento. Comparó su caso con el del President de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra. "Tiene la misma sentencia de prevaricación", indicó. Este fallo judicial pone fin a 25 años de García Liñares de alcalde.