"Lo de hoy [por ayer] fue escandaloso, era un diluvio". Una madre describía ayer con estupor la inundación que se registró en el comedor del aulario de educación infantil que la Xunta construyó a finales de 2014 en Betanzos. Son las segundas filtraciones que sufre este centro en lo que va de curso coincidiendo con episodios de fuertes lluvias. "Tuvimos que arrimar todas las mesas al ventanal", cuenta una de las progenitoras, temerosa de que las goteras dejen un tiempo inoperativo el comedor: "Si nos dejan sin servicio de madrugadores y de comedor nos hacen un estropicio", advierte.

El Concello de Betanzos envió ayer operarios al centro para intentar detectar la causa de la inundación, que obligó al centro a recurrir a contenedores. El Ejecutivo municipal considera que este nuevo episodio "demuestra" que los problemas son consecuencia de un "defecto constructivo": "Esto prueba que la causa no es la falta de mantenimiento como decía el PP", incidían ayer desde el Gobierno local, que dio parte de lo sucedido a la Xunta y que reclama una revisión urgente y en profundidad del edificio.

La alcaldesa, María Barral, se desplazó al aulario para evaluar los daños y recordó que escasos dos meses, a raíz de otra inundación que afectó a una de las aulas y a parte del pasillo, el Concello revistó todos los canalones de desagüe para comprobar si se había producido algún atasco que explicase lo sucedido.

La regidora, al igual que las familias, se mostró sorprendida de que se registren filtraciones de este calibre en un edificio de solo seis años. María Barral expresó la disposición del Ejecutivo municipal a colaborar con la Xunta para dar con las causas pero apeló a la urgencia de revisar la estructura.

El BNG anunció ayer que llevará el caso al Parlamento para exigir medidas urgentes. "Es inadmisible que un colegio nuevo tenga estos problemas continuamente. Si esto sucede en un edificio que aún no tiene seis años es obvio que algo se está haciendo mal" , apuntó ayer el portavoz nacionalista, Henrique del Río. La formación sostiene que los padres ya alertaron de la existencia de goteras el día antes, pero que el Concello envío operarios que "no vieron ningún problema en la cubierta".