La preciosa superabuela que pintó el artista Joseba Muruzábal el pasado verano en una pared medianera de Santa Cruz ya tiene su parte inferior oculta. Esa parcela hace unos dos años que se usa de escombrera, depósito de material de obra y tierras, a pesar de estar anexa a una plaza pública, la de Esther Pita. Ahora mismo además de casetas de obra, depósitos y tierra vegetal amontonada, también existe una montaña de restos de asfalto procedente de las obras de O Repicho. Incluso la maquinaria aparca encima de este promontorio.