La urbanización de A Longueira vuelve a la actualidad política de Bergondo. Tras un lustro sin que trascendiesen avances en este polémico desarrollo previsto al oeste del monasterio de Bergondo, representantes de la comisión gestora han trasladado al Concello su intención de retomar el proyecto, que comenzó a gestarse en 2004 y que sufrió un duro varapalo en 2013 a raíz de un informe desfavorable de la Xunta por la excesiva previsión de viviendas.

Según han confirmado fuentes del Gobierno local a este diario, los promotores de la urbanización prevén retomar el plan, aunque adaptado a las limitaciones impuestas por la Xunta. La comisión gestora todavía no ha informado al Concello del número de viviendas previstas, pero avanza que serán muy inferiores a las proyectadas en un primer momento, antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, cuando proyectaban a 1.078.

Los promotores ya habían rebajado a un máximo de 850 las viviendas en 2013 y la Xunta tumbó aún así el proyecto al entender que excedía los límites de sostenibilidad que fija la ley de suelo y que vulneraba las directrices del Plan do Litoral. A raíz de ese informe, un portavoz de la comisión gestora avanzó su intención de reformular el plan con una previsión menor de casas, entre 450 y 600. Según ha podido saber este diario, la capacidad residencial que se marcan a día de hoy es muy inferior y no superaría las 300 casas.

La decisión de los promotores de retomar el proyecto trasciende después de que el borrador del plan general clasificase como rústico el ámbito. Como ya informó este diario, esta clasificación no suponía dar carpetazo definitivo al desarrollo, dado que normas subsidiarias en vigor mantienen este sector, que tendría que reformularse para acatar las limitaciones.

El borrador del PXOM abría la puerta a mantener una bolsa de suelo urbanizable en A Longueira con capacidad para 158 viviendas, aunque finalmente los redactores se decantaron por dejar todo el ámbito como suelo rústico.