La conexión de las fecales conectada a la de las pluviales, filtraciones de agua dentro cuando llueve, sin enchufes para poner el office y menor potencia eléctrica de la necesaria, además de la parte de arriba de la cubierta sin recebar. Estas son algunas de las deficiencias que el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, advirtió el pasado miércoles cuando visitó la obra de ampliación del comedor escolar del colegio Valle Inclán de Perillo, que realizó la Consellería de Educación y que están casi terminadas.

"Es una chapuza tremenda", afirmó García Seoane, quien visitó el recinto casi terminado junto a responsables del consello escolar y de la Asociación de Nais e Pais (ANPA).

García Seoane confirmó que ayer mismo solicitó al delegado territorial de Educación que acudiese a este colegio para ver cómo han quedado los trabajos, para que vea él mismo las "deficiencias tremendas" que ha ejecutado la empresa contratada por la Xunta.

Educación el pasado miércoles confirmó que las obras para completar el comedor escolar del Valle-Inclán están finalizadas pero quedaban "algunos detalles", aunque no apuntó que existiesen deficiencias. Sin embargo, sí informó de que la unidad técnica de la consellería tenía previsto acudir al recinto escolar y después de solventar los "detalles", se pondría el comedor a disposición del Anpa, que es la que gestiona este servicio del que disfrutan casi 300 niños.

Las obras de la segunda y última fase del comedor escolar, una obra que permitirá eliminar los históricos galpones donde hoy aún come parte del alumnado, se iniciaron el pasado mes de septiembre después de que la consellería las sacase a licitación por 96.700 euros y las adjudicase en agosto a una empresa por un importe de 77.503 euros y un plazo de ejecución de dos meses (que se superó al paralizarse unas semanas por los sucesivos temporales que impidieron los trabajos en el exterior).

La comunidad educativa llevaba más de cuatro años esperando por esta segunda fase de la obra, para terminar por fin el comedor escolar.