El Gobierno local de Betanzos ha decidido aparcar sine die la instalación de las cámaras para controlar el tráfico en el casco histórico que encargó en 2017. En respuesta a una pregunta del BNG, el Ejecutivo condiciona ahora cualquier medida de regulación del tráfico en la zona monumental a la finalización del plan de movilidad, pendiente desde hace años: "Las cámaras se podrán configurar sea cual sea la ordenación final", argumenta.

La respuesta llega cuando se cumplen tres años de que el Concello presentase una memoria valorada para la instalación de un sistema de control de tráfico mediante lectores de matrícula. Según recogía el proyecto, este sistema afectaría a las calles Roldán, Castro, Travesa, Azogue y a las plazas de la Constitución, Fernán Pérez de Andrade y Prateiros.

La instalación de estas cámaras estaba vinculada con la creación de 56 plazas de aparcamiento exprés que recogía en el borrador de una nueva ordenanza de ordenanza de ORA y grúa que regularía también el parking exprés del casco histórico. La normativa, que generó controversia vecinal y que fue objeto de críticas de la oposición, especialmente del BNG, delimitaba los estacionamientos en las calles San Francisco, Azougue, Travesa, Pescadería, Nova, Santiago, Castro, Prateiros y el la plaza Pérez Andrade.

La propuesta tampoco convenció a los 55 personas que participaron en la consulta que abrió el Concello, que cuestionaron la delimitación de la zona roja. Tras esta consulta, no volvieron a trascender novedades en la puesta en marcha del sistema, que ahora el Concello supedita a la finalización de un plan de movilidad municipal, asignatura pendiente de Betanzos desde hace años.

El debate, que genera posturas encontradas, parecía comenzar a encauzarse en 2014. Ese año el Ejecutivo socialista inició los contactos con partidos y colectivos para consensuar un reglamento. El Gobierno local, partidario de "buscar acomodo a todas las peculiaridades de la zona", se mostraba entonces optimista y anunciaba que las normas comenzarían a aplicarse ese año. Han pasado seis y la normativa sigue sin fecha.