Los acantilados de Oleiros dan cobijo a la mayor colonia en la costa continental de la Península Ibérica del cormorán moñudo, un ave que en España ha sufrido un lento declive que ha culminado con su declaración como especie vulnerable. Un estudio editado por el Centro de Extensión Universitaria e Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida) con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica revela la importancia de este enclave, un paraíso para esta rara avis que, inciden los expertos, justificaría por sí solo la declaración de una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en el golfo Ártabro.

El estudio Bases para la declaración de una ZEPA en el golfo Ártabro fue coordinado por Carlos Vales y elaborado por los ornitólogos Sergio París Gómez, Álvaro Barros López y Antonio Sandoval Rey y desvela que la población reproductora del cormorán moñudo en el golfo Ártabro asciende a 236 parejas repartidas en siete localidades. Se trata de una de las pocas poblaciones que escapa de la tendencia regresiva de esta especie en la península ibérica y, según recoge el informe, es la única colonia gallega que crece en el período 2007-2017.

Más de la mitad de los ejemplares censados en el golfo Ártabro, el 52,5%, anidan en la costa oleirense. Esta ave marina de inconfundible penacho nidifica hasta en una docena de localidades, entre las que destaca la costa de Dexo, que con 70 parejas reproductoras en 2019 se ha convertido en la mayor colonia en la costa continental de la península ibérica. La segunda población más importante del goldo Ártabro se sitúa en las islas Gabeiras, en Ferrol, pero a mucha distancia, con el 18% de los ejemplares. La ensenada de Lourido, en A Laracha, acoge a la tercera colonia más poblada (13,5%). También se han detectado parejas en Sada (3,4% del total) y en el litoral coruñés (2,2%).

El minucioso estudio del Ceida en base a los censos existentes desde la década de los noventa revela que población del cormorán moñudo ha crecido a un ritmo anual del 7,4% en el golfo Ártabro y del 20% en Oleiros, un incremento "espectacular", en opinión de los especialistas, que pone de manifiesto la necesidad de preservar este enclave. Más si cabe a la vista al "éxito reproductor" de la colonia oleirense, en la que se registró el mayor valor: dos pollos por nido en los últimos 18 años.

El cormorán moñudo ha hecho de la costa de Dexo una de sus residencias favoritas pese al negro episodio que precedió a su desaparición en los setenta. Sergio Paris, especialista que sigue desde hace años el avance de esta especie, llama la atención sobre el exterminio a tiros de los ejemplares de esta huidiza especie por parte de un grupo de cazadores, un "crimen" que Antonio Sandoval inmortalizó en unas viñetas publicadas en 1985 por la revista Saramaganta.

Tuvieron que pasar años para que esta ave marina se dejase caer de nuevo por Oleiros. Los censos elaborados por los ornitólogos no recogen registros hasta la década de los noventa. Y su regreso no estuvo exento de disgustos. El estudio detalla el impacto de la marea negra del Mar Egeo sobre la incipiente población de cormoranes. En 1994 solo se detectó una pareja frente a las siete registradas dos años antes. Pese a ello, a partir de entonces, la ave ha registrado un crecimiento exponencial.

El incremento de esta colonia hasta convertirse en la mayor población conocida de la especie en la costa continental de la península ibérica "justifica por sí sola" la creación de una Zona de Especial Protección para las Aves en el golfo ártabro, concluyen los expertos, que apuntan en su estudio a la existencia de otras especies de interés, como el paíño europeo, el gavión atlántico, el ostrero euroasiático o la gaviota patiamarilla.