Sandra llega con el coche a trabajar al polígono de Ledoño a las seis de la mañana con el número de la Guardia Civil en la pantalla del móvil y el dedo casi encima. Llega con miedo porque está todo a oscuras, no hay farolas que alumbren salvo en la gasolinera. Mónica llega a trabajar a primera hora a la oficina de una de las naves y conduce con la angustia de recordar dónde están los socavones más grandes para no dejarse las ruedas e ir despacio para ver dónde están las rocas que se desprendieron de la cantera y cayeron sobre la calzada para no chocar contra ellas. Los trabajadores y trabajadoras están "desesperados" por la situación de "total abandono" de este centro logístico de transporte y han empezado a recoger firmas además de avanzar en un pleito.

El Gobierno local explicó ayer que el Concello de Culleredo aún no tomó posesión de este polígono, tras el problema surgido con la concesionaria (la primera, Obralar, quebró). El Ejecutivo afirmó que se resolvió el contrato pero la empresa gestora "no entregó los bienes" y el Concello presentó una demanda en el juzgado "que está en curso, aún no se resolvió".

El Ayuntamiento por lo tanto considera "inviable" que pueda actuar en el polígono hasta que dictaminen los jueces. La iluminación, por ejemplo, aún está a nombre de la antigua gestora. "Comprendemos absolutamente la situación para los usuarios y el Concello está deseando actuar en el polígono y llevar a cabo un plan ambicioso que impulse un espacio industrial estratégico como éste", agregó el Ejecutivo.

"Yo estos días abro la cafetería del polígono con la luz del móvil, sino, no se ve nada. Entro a las seis y salgo a las once, también de noche. Solo hay alumbrado junto a la gasolinera. Un día salió un gato detrás del contenedor y salí corriendo. Estás todo el tiempo con miedo porque no sabes si puede haber alguien, y aquí si gritas tampoco te escucha nadie. Hace seis años que esto está así, nadie se hace cargo. Hay una parada de bus, pero ¿quién la va a usar, andando a oscuras? Y hay que llamar muchas veces para que recojan la basura, y de limpiar los contenedores, nada", cuenta Sandra.

"En otoño, con los temporales, empezaron a caer piedras enormes de la cantera en el acceso principal del polígono y ahí siguen. A veces hay alguna farola encendida, pero alrededor de la gasolinera. Aquí están algunas empresas muy potentes, como Galitrans, Dachser. Hay camiones del puerto que descargan las 24 horas en una nave, hay mucha actividad, todo tráileres, y la carretera está sin pintar, tienes que ir pendiente de los camiones porque no están delimitados los carriles y esquivando los socavones, está lleno de ellos. Y las señales de tráfico la mitad están tiradas. No hay ningún tipo de mantenimiento", explica Mónica Suárez, trabajadora en una de las empresas de este parque empresarial.

A los trabajadores no les importa de quién es la competencia sino que ellos están "vendidísimos" cada día sin que ninguna administración haga nada. "Venimos a trabajar jugándonos la vida, esquivando baches, rocas y camiones hasta que un día haya un muerto. Todos ponen excusas. Vengo angustiada a trabajar y estamos en riesgo como mujeres. Hay una dejadez total, aquí vienen a tirar neveras, lavadoras, neumáticos, colchones. Hay una almohada en un árbol en la entrada desde hace tres meses, es un símbolo de la situación", cuenta Mónica.