Una escucha atenta con actitud sosegada puede bastar para subir la autoestima de niños con dificultades. Sin mofas, ni risas, ni juicios, ni presión. Y ni un ladrido. Veinte minutos de lectura en voz alta junto a un perro de terapia una vez a la semana han demostrado dar a los niños "una seguridad que hasta ese momento no tenían", asegura la técnico en terapia asistida con animales Laura González, de la entidad Perros y letras (READ), que trabajará con seis alumnos del colegio de Tarrío como guía de su perra Nora, una golden de siete años entrenada para esa actividad. El Concello subvenciona este programa piloto, que tendrá una duración de siete semanas, y que se desarrollará también en el colegio Vila de Rutis, donde realizarán las sesiones la terapeuta ocupacional Bárbara y su perra Dana.

"Nuestros perros van a buscar a cada niño a su clase y los pequeños les leen un ratito. Toman el rol de profesores y son los encargados de que el perro escuche los cuentos y los entienda", explica González. Detalla que, con cada niño, trabajan unos objetivos acordes a las indicaciones del departamento de orientación de su colegio. Las dificultades de los niños que participan en el programa proceden también de diferentes áreas: desde problemas con la lectura hasta a nivel social o en el aula. "Los niños leen sin sentirse juzgados, no pasa nada si se equivocan, nadie se ríe. Eso les da una seguridad que es lo que les hace arrancarse a leer. Aumenta la autoestima y los profesores dicen que incluso aumenta el nivel de participación en el aula. Y también a nivel social hay una mejora; cuando llegan de la sesión, todos los niños quieren saber qué ha pasado, qué han leído, y eso también les ayuda", cuenta la terapeuta.

La actividad, asegura, genera mucho interés y curiosidad entre los pequeños. "Todos quieren leerle. El aumento de la motivación hacia la lectura es importantísimo. Todos quieren ir a leer un cuento de repente", afirma. Los resultados se evalúan en estudios que realiza la Universidad Complutense de Madrid para toda España, ya que la entidad READ, nacida en Estados Unidos en los años 90, trabaja en diez provincias españolas. A Coruña es la única gallega con presencia de la sección española, Perros y letras. Con la realización de este programa, Culleredo se suma a otros concellos del área, como Arteixo, Sada y A Coruña.

Los perros que participan en las sesiones han sido "seleccionados y entrenados" para esa función. "Es importantísima la selección la educación. Y para nosotros es muy importante el bienestar animal", explica González. " Nora, mi perra, que es la que va al colegio de Tarrío, tiene siete años y lleva desde los dos meses en esto, en centros de mayores o personas con discapacidad", cuenta la terapeuta. "Se cansan y tienen cierto grado de estrés, pero les gusta. Disfrutan del contacto con los niños, de su compañía, y en las sesiones están tranquilos. Pueden hacer como máximo dos horas seguidas. Después, tienen que descansar. Y además de este trabajo, tienen que tener sus tiempos para ser perro, claro", cuenta González.

La concejala de Educación de Culleredo, Jéssica Méndez, acudió este lunes al colegio de Tarrío para conocer de primera mano la actividad. "Es una manera muy bonita de trabajar con niños que lo necesitan y, en este caso, seguiremos fomentando que este tipo de iniciativas se lleven a cabo en nuestro municipio", aseguró, y apuntó que el Ayuntamiento apostó por realizar esta iniciativa "porque es realmente eficaz".