La crisis del coronavirus ha dado un vuelco a la actividad del centro de atención a personas con parálisis cerebral de Aspace. El estado de alarma ha obligado a cerrar temporalmente el centro de día y el colegio y cincuenta usuarios permanecen en la residencia y tratan de adaptarse a las nuevas rutinas y a los estrictos protocolos de seguridad con un déficit de medios de protección que ha llevado a los responsables del centro a lanzar un SOS.

"Aspace Coruña necesita material de protección!!! Si dispones de mascarillas, pantallas protectoras, batas o cualquier otro material contacta nosotros", piden a través de las redes sociales los responsables de la Asociación de Padres de Personas con Parálisis Cerebral, que facilita dos teléfonos de atención: 608 404 133 y 626 269 823.

La respuesta a esta llamada de auxilio ha sido "espectacular", relata, emocionada, la directora del centro, Sonia Ruiz. "Hemos recibido una avalancha de llamadas de particulares, centros de formación y asociaciones", celebra esta especialista, que llama la atención sobre la imperiosa necesidad de disponer de medios de protección que garantice la seguridad de un colectivo vulnerable, con patologías respiratorias crónicas y problemas cardiovasculares.

Ruiz defiende la necesidad de reconocer a las personas con parálisis cerebral como colectivo de alto riesgo. Para la Administración tienen prioridad los hospitales y los centros de tercera edad y solo se atiende a los centros para discapacitados cuando se detecta un positivo. En Aspace no se han dado casos, pero se decreta el aislamiento preventivo a la menor tos y su directora apunta la necesidad de tener un plan de contingencia listo y dotado de medios suficientes.

En Aspace han intentado reducir al mínimo el personal en su centro de Sada para minimizar el riesgo de contagio, pero garantizar la atención las 24 horas del día de los usuarios y la puesta en marcha de unos estrictos protocolos de limpieza y desinfección obliga a movilizar a alrededor de 60 trabajadores en rotación en tres turnos.

Los trabajadores se enfrentan además a la dificultad añadida de que la mayoría de los internos a los que atienden no comprende la situación y los psicólogos deben extremar los esfuerzos para hacerles ver los riesgos y que no vean el confinamiento como un "castigo". Durante estos días, los internos han participado en varias campañas para poner su granito de arena a la concienciación y desde Aspace atienden a distancia a los usuarios del centro de día y del colegio que deben permanecer ahora en sus casas y mantienen un contacto diario con las familias.