Una medianera recién pintada de blanco en Vilarrodís se convirtió el sábado por obra y arte del celuloide en una pantalla de cine por la que desfilaron Charles Bronson, Ursula Andress o Alain Delon, protagonistas del clásico de acción Sol Rojo. Este filme de samurais y forajidos de Terence Young que entretuvo la cuarentena al vecindario de la localidad arteixana es uno de los innumerables clásicos que Luis Longueira atesora en el sótano de su casa.

Este veterano periodista, colaborador de LA OPINIÓN y responsable de la sección La ciudad que viví, es un apasionado del séptimo arte y atesora joyas 16 y 35 milímetros del pretérito coruñés, como la primera carrera de coches de A Coruña en los años sesenta o la vuelta ciclista en la ciudad que dejó para la posteridad un posado del por entonces alcalde, Francisco Vázquez, y una jovencísima Leticia Sabater.

Proyectar una película en cine entraña sus riesgos, el celuloide puede romperse si uno no está atento o pueden surgir además problemas técnicos, como los que dejaron sin voz a los protagonistas de Sol Rojo. Incidencias que no restan ni un ápice de encanto a una sesión retro que, tras esta primera sesión de prueba, Luis Longueira se presta a repetir esta semana para amenizar la cuarentena en este rincón de Vilarrodís. Siempre y cuando el tiempo lo permita, claro. "Hoy [por ayer] va a hacer mucho frío para asomarse a la ventana", explica este cinéfilo, que tiene todo un museo en casa y que el sábado decidió desempolvar uno de sus proyectores, una máquina de la década de los ochenta, para ofrecer una sesión de cine al aire libre.

No todo el mundo vale para ejercer de proyeccionista. A Luis Longueira la afición le viene de familia. Su padre era gerente de la distribuidora Renacer Films, donde aprendió a montar y reparar las películas. Este trabajo le inoculó el gusanillo y años más tarde se animó a ponerse tras la cámara y ejercer de corresponsal para Venezuela y otros países de Sudamérica, "a los que mandaba pequeños reportajes y noticias, sobre todo de tipo folclórico para las comunidades gallegas", relata.

Su trabajo le permitió recopilar un fondo documental que amplió como delegado de la prensa regional portuguesa para Galicia, del Jornal de Noticias y de los semanarios Mundo portugués y O Emigrante.Las piezas, que tuvieron en su día un interés informativo, conforman ahora un enorme fondo documental que Longueira completa con material de coleccionista y que brindarán ahora al vecindario la oportunidad de viajar en el tiempo durante la cuarentena.