El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane; y la alcaldesa de Turismo y Deportes, Teresa Vázquez, visitaron hace una década, en 2010, un pequeño municipio de la zona centro de Portugal llamado también Oleiros para realizar un hermanamiento. Al igual que en el concello coruñés, allí también se debate sobre el origen del nombre de la localidad porque no se conservan ningún vestigio de actividad alfarera, aunque sí de presencia de barro y arcilla. El Oleiros de 35.000 habitantes y el Oleiros de escasos 5.000 portugueses están hoy hermanados también por la pandemia.

En Portugal aún no han llegado a las terribles cifras de contagio y muerte de España y en este Oleiros aún no se ha producido ningún caso de Covid-19, al contrario que en el coruñés con un muerto y varios positivos en la residencia de Aspronaga en Lamastelle. Allí aún no se ha decreto el confinamiento estricto pero su alcalde, Fernando Jorge, ha solicitado a sus vecinos quedarse en casa en la medida de lo posible y si se sale, guardar una distancia de tres metros respecto a las demás personas. Ha recomendado también que los abuelos no estén en contacto con los jóvenes y ha prometido kits de detección de la enfermedad para el que lo necesite por indicación médica.

Mientras aquí se han suspendido todos los plenos, reuniones de órganos colegiados y toda actividad municipal, en el Oleiros portugués están a punto de llegar a esta fase. El pasado viernes celebraron un pleno, aunque a puerta cerrada, y con un orden del día que incluía acordar la suspensión de las reuniones de todos los órganos ejecutivos y cerrar todos los edificios municipales, además de aplazar pagos a entidades.

También se aprobó eximir del abono de los recibos de agua y alcantarillado a las empresas desde marzo hasta mayo en principio (cafés, restaurantes, hoteles, bares, mercados). También han aplazado hasta el 30 de junio el abono de otro tipo de tasas y facturas municipales, para mitigar el impacto económico, sobre todo en el sector comercio, el más importante en la localidad. El regidor de aquí, García Seoane, apuntó el pasado jueves que se iba a estudiar aplazar algunos pagos de tributos.

Este municipio gobernado por un alcalde del Partido Popular Democrático-Partido Social Demócrata (con dos concejales su partido y otros dos de Nós Cidadãos) tenía una vida normal hasta el 6 de marzo que activó su Plan de Contingencia por el coronavirus. El día 13 ya restringió la entrada a la Casa Consistorial, allí Cámara Municipal, además de cerrar complejos deportivos y pabellones y paralizar el transporte municipal.

Al día siguiente ordenó cerrar los bares a partir de las nueve de la noche y cuatro días después montó un programa social con línea telefónica abierta mañana y tarde para entregar medicamentos a personas vulnerables (mayores de 65, pacientes crónicos, discapacitados, familias monoparentales) y atender psicológicamente a los vecinos. También en el Oleiros coruñés se abrió un servicio psicológico municipal.

El 19 de marzo en Portugal se declaró el Estado de Emergencia y el Oleiros de este país ya canceló eventos que tenía previstos como el Festival do Cabrito Estonado e do Vinho Callum, el Festival de Música do Pinhal o la Rota do Linho. Ese día la localidad activó su Plan Municipal de Emergencia y Protección Civil, en fase Alerta, y el alcalde emitió un bando en el que pedía a sus vecinos una "cuarentena voluntaria" y recordaba que habían sobrevivido a los terribles incendios forestales y podían afrontarlo y "demostrar la soberanía del pueblo", con "firmeza y serenidad" y sobre todo manteniendo "el civismo y el respeto por los otros".

Este Oleiros portugués, al sur de Coímbra y dentro del distrito de Castelo Branco, es un gigantesco territorio de 471 kilómetros cuadrados frente a los 43 del Oleiros coruñés. La diferencia de densidad de población es brutal: 10,7 frente a 813. La localidad lusa, rodeada de tres sierras y el río Zêzere (con dos playas fluviales) es eminentemente rural y cuenta con grandes extensiones de bosque.

Su población está muy envejecida, sufre una increíble sangría de habitantes y según la prensa, es el municipio de Portugal con la tasa de natalidad más baja del país. Su gobierno está formado por 25 personas. Además del alcalde y ediles o vereadores, están los representantes de cada freguesía (parroquia). Tiene doce frente a las nueve del Oleiros coruñés. Un puente romano y un Cristo Rey de granito de cinco metros (aquí hay un Cristo Rey, pero es un colegio), son dos de sus elementos más conocidos.