Antes o después de los aplausos a los sanitarios y el personal de servicios esenciales que trabaja en primera línea contra el coronavirus, en distintos puntos de la comarca surgen también ovaciones a artistas que se animan a compartir su arte con sus vecinos y hacerles más llevadera la cuarentena. "A veces toco con mi ahijado, o con mi hijo mayor, Fiz, o con mi hermana, Saínza, que vive en otra casa en la misma finca", cuenta la gaiteira Susana Seivane, que cada día hace sonar su gaita desde su casa de Pravio para sus vecinos y para quien quiera escucharla a través de las redes sociales, cerca de las 20.00 horas, instaurada como la hora del aplauso y el encuentro vecinal y musical de cada día.

"Un día que hacía mucho aire, una amiga que vive a casi dos kilómetros me dijo que había llegado el sonido de mi gaita hasta allí", cuenta. "Intento dar ánimos a los vecinos y a los que me siguen. Se ve a gente en las ventanas, lejos. Y al principio, antes de cambiar la hora, se veían muchos móviles con las linternas", cuenta la gaiteira, que aboga por buscar el lado positivo a la situación: "En una situación chunga, hay que intentar sacar cosas bonitas. Hay que ver las oportunidades en el camino para seguir creciendo, aprendiendo, conociéndonos un poco más a nosotros mismos y a los que viven con nosotros".

Desde su vivienda en O Temple y en redes, Aixa Romay ha decidido "espaciar" sus actuaciones para los vecinos y las reserva a los "días que hace bueno". "Tampoco quiero molestar, y si llueve no va a estar la gente en las ventanas", explica. Cada día que el tiempo lo permite, monta su equipo de sonido y canta sobre unas bases musicales. Atiende peticiones, "hasta una de Isabel Pantoja", cita. "No es mucho mi estilo, pero la canté", apunta. Cumple sobre todo los deseos de los niños, "los que más están sufriendo el estar encerrados todo el día".

Desde Miño, Chus Lestayo ofrece cada día una media hora de "canciones melódicas de antes", de artistas como Luz Casal, Jon Secada o Only you The Platters. Además de cantar cada día para sus vecinos y regalar su voz también por redes sociales, esta vocalista, que ya había cantado por Miño en una furgoneta, asegura que se ha ofrecido a cantar para los mayores de una residencia cercana.

La cantera también sale a las ventanas. Iago López, de 11 años, que estudia violín en el Conservatorio de Betanzos, ameniza a sus vecinos desde su piso de Sada. "Aunque suele estudiar repertorio clásico, se aprendió canciones más modernas y las toca", cuenta su madre, Marta Merino.

En Sada, también el Dúo Recordos ameniza en fin de semana a sus vecinos. Repertorio de verbena, bachata o tango suena desde la ventana de este grupo.