La suspensión de las ferias y el cierre de restaurantes y colegios por la emergencia sanitaria ha obligado a muchos productores de la comarca coruñesa a reinventarse, a buscar fórmulas alternativas para dar salida a su producto y garantizar que la huerta llegue a los hogares. En estas circunstancias excepcionales, los agricultores adheridos a la marca de calidad de la Reserva de Biosfera As Mariñas Terras do Mandeo han optado por el reparto a puerta a puerta.

Es el caso de Labrecos, una explotación de Oza-Cesuras que suministraba habitualmente a los comedores escolares de la comarca y que intenta compensar el bajón de la actividad con más venta a domicilio, ya sea directamente o a través de la asociación Alega. "Gran parte de nuestra producción va para coles y restaurantes y lo que estamos intentando ahora es divulgar lo máximo posible la opción del reparto para hacer venta directa a los particulares", explica Aitor Lata, que ha notado un repunte de la venta puerta a puerta: "La gente no quiere salir de casa y eso se nota, vendemos más que antes a domicilio".

En Granxa de Lousada, de Irixoa, intentan que el coronavirus altere lo menos posible su rutina. Los guantes y mascarillas son ya parte de su uniforme de trabajo y evitan el matadero por precaución, pero hacen un esfuerzo extra porque la crisis sanitaria no les pase factura. El "boca a boca" funciona, explica Dolores Porto: "Hemos notado un aumento de los pedidos, tenemos clientes que no teníamos antes, si tuviésemos más, más vendíamos".

Esta agricultora, adherida también a la marca de calidad de la Reserva de Biosfera, se muestra crítica con algunas de las medidas adoptadas para evitar la propagación del Covid-19: "¿Por qué no se cierran los supermercados pero sí los mercados locales con diez veces menos afluencia de gente?", se pregunta. Con todo, esta agricultora evita ahondar en la polémica y expresa su deseo de volver la normalidad cuanto antes: "Nosotros afortunadamente tenemos mucho contacto con los clientes, yo me muevo mucho con la gente y eso ayuda", explica.

El As Camposeiras también cruzan los dedos en estos días de confinamiento. "Esto va a ser muy duro para los autónomos, yo por lo menos trabajo desde casa, no tengo que pagar un local", reflexiona Nuria Calo, responsable de este pequeño negocio familiar dedicado a la elaboración de conservas artesanales de fruta y verdura ecológica con sede en Oleiros. Ella intenta no desesperar: "Toca armarse de paciencia, no queda otra. O eso, o nos pegamos un tiro y prefiero la primer opción", bromea. En As Camposeiras el cierre de las algunas de las pequeñas tiendas de barrio y restaurantes les ha pasado factura y centran ahora sus esfuerzos en vender su stock a domicilio en el área metropolitana. "Buscamos alternativas para no dejar a la gente sin el producto y llegar a aquellos que no tienen opción de bajar a la tienda". Las personas interesadas, pueden consultar las condiciones en su web.

Las responsables de A Horta de Ana también intentan "buscarse la vida" para que sus clientes sigan pudiendo disfrutar de su producto durante el confinamiento. Son conscientes, al igual que el resto de los productores, de la importancia de garantizar el suministro de alimentos de calidad en estos momentos. "No los podemos dejar tirados ahora, sobre todo a los mayores", explica la responsable, Ana Rodríguez, que se ha aliado además con otras dos productoras de Carral, Ecolleita y Revolta naHorta para suministrar cestas semanales a domicilio.

En A Horta + Sá, de Teixero, apuntan también a la importancia de garantizar en este momento la alimentación de calidad. "Nos sentimos muy responsables. toda nuestra producción es ecológica y para muchos de nuestros clientes resulta esencial", incide la responsable de la tienda y la explotación, Isabel López Chamorro.