Enrique Muñoz es un veterinario de las comarcas de Betanzos y de la montaña que durante el estado de alarma compagina su labor con otra de carácter altruista: el reparto de viseras de protección que fabrica con una impresora 3D y que reparte durante estos días por los ayutamientos de Irixoa, Paderne, Vilarmaior o Monfero.

Este profesional comenzó colaborando con la plataforma Sicnova, en la que participan más de 9.000 personas e identidades, pero tras no recibir nuevos pedidos por faltas de donaciones, decidió liarse la manta a la cabeza y fabricar por su cuenta el material de protección. No lleva la cuenta de las viseras que ha repartido hasta ahora. Más de un centenar, explica a consulta de este diario. Se trata de un material muy necesario, que llega con cuentagotas a los pequeños ayuntamientos del rural, y que se repartirá entre los trabajadores de los centros de salud y de ayuda en el hogar, los más expuestos al Covid.19. Antes de volcarse con los concellos del área betanceira, Enrique Múñoz ya había entregado viseras en la residencia de mayores de DomusVi en Oleiros, municipio en el que reside.

Todos los concellos del área brigantino beneficiados por esta donación han mostrado públicamente su agradecimiento. "Es un material muy necesario, estamos muy agradecidos", destaca el regidor de Vilarmaior, Carlos Vázquez. Enrique Múñoz resta importancia a su labor y pone el acento en la ayuda que ha recibido. Relata que solo un día después de que el Concello de Irixoa colgase en su web una fotografía para informar de la donación de viseras, recibió una llamada de un empresario para donarle láminas de acetato. "Y en Paderne, después de que se informas en web, una señora me llamó para darme gomas. Hay mucha gente que quiere ayudar y no sabe cómo", apunta este veterinario.