El alivio del confinamiento suscita diferentes posturas y prioridades entre los ayuntamientos del área metropolitana. Pedir una reactivación paulatina de la actividad comercial y empresarial, abogar por medidas distintas para Galicia que para el resto del Estado y para zonas rurales que para las urbanas o encomendarse a las directrices del Gobierno central son las tres líneas que presentan los concellos de la comarca coruñesa.

El Ayuntamiento de Curtis acordó ayer, en la comisión de seguimiento, pedir que "a los pequeños comercios, como mercerías, tiendas de ropa o zapaterías, se les facilite la apertura con instrucciones claras y concretas". "Esta medida sería un respiro para los autónomos, que podrían coger una bocanada de aire para afrontar la situación. Es necesario que a la mayor brevedad posible se les facilite la apertura con instrucciones claras. Pedimos también que se permitan los mercados de proximidad", sostiene el alcalde de Curtis, Javier Caínzos. También Coirós (1.824 habitantes) aboga por una progresiva reapertura de los negocios. "Hay que empezar a abrir el grifo, por lo menos hasta octubre, luego ya se verá", comenta en alusión a un posible repunte de los contagios.

Arteixo (32.262 habitantes) reclama "la máxima coordinación" entre Gobierno central, Xunta, diputaciones y concellos", colaborar para la "reconstrucción económica del país" y, en especial, "proteger los puestos de trabajo". El mayor de los concellos del área coruñesa, Oleiros (36.075 habitantes), considera que "debe ir levantándose la situación con las correspondientes medidas de seguridad que dictaminen desde el Gobierno central y la Xunta, dándole prioridad a las empresas y al comercio que no fue declarado esencial y que está paralizado". Culleredo (30.402 habitantes) ve importante también "ir permitiendo paulatinamente la reactivación empresarial y comercial". Miño señala que, "una vez se pueda salir a la calle, y siempre con medidas de seguridad y sanitarias, quizá habría que retomar progresivamente la actividad comercial".

Oleiros defiende también que "Galicia es distinta a otras zonas de España y aquí se debería permitir antes que en otros territorios la libre circulación de las personas y la actividad económica", afirmó antes del anuncio del presidente del Gobierno central sobre la previsión de permitir paseos y salidas para practicar deporte a partir del 2 de mayo. En la línea de establecer diferencias por territorios, coincide el Ayuntamiento de Sada en que "Galicia necesita una desescalada propia" y que "las decisiones deben tomarse en función de las especifidades de cada territorio y de la incidencia de la pandemia".

Ayuntamientos rurales de la comarca abogan por establecer diferencias entre los municipios con más concentración de población y los que tienen viviendas más dispersas. Consultados por sus propuestas para el desconfinamiento, horas antes de la comparecencia del presidente, ya coincidían en demandar diferencias al planificar la desescalada con los más urbanos y en mostrarse prudentes y abogar por acatar las directrices de las administraciones.

"En un núcleo urbano, a lo mejor en una comunidad de vecinos hay 200 que comparten zonas comunes como ascensor, escaleras, etc.; aquí a 200 vecinos no los juntas ni en dos parroquias", comentaba distendido el alcalde de Vilarmaior (1.226 habitantes), Carlos Vázquez. Abogaba por "distinguir entre las zonas urbanas y el rural" y permitir en áreas con población poco concentrada que se permitieran salidas para practicar ejercicio o montar a caballo, con la distancia prudente para evitar contagios. Practicar deporte figuraba también entre las primeras actividades que pedían Coirós y Vilasantar (1.213 habitantes). Abegondo y Bergondo coincidieron en destacar su carácter rural o semirrural, que facilitaría la desescalada, y Carral se encomienda a las directrices oficiales, sin demandas.