Las persianas de muchos bares y restaurantes de la comarca permanecerán hoy bajadas. Los hosteleros encaran con pocas expectativas la fase I de la desescalada, en la que podrán instalar las terrazas, pero con la ocupación máxima limitada al 50%. A buena parte de los propietarios consultados por este diario no le salen las cuentas. La previsión meteorológica no ayuda a subir los ánimos, y se muestran reacios a retirar el ERTE sin garantías de ingresos y ante la posibilidad de que Estado dé un paso atrás si se produce un repunte de los contagios y se encuentren con el personal dado de alta y sin haber recaudado lo suficiente para pagar las nóminas. "No me compensa abrirlo. Yo solo podría tener dos mesas y, aparte, en Galicia llueve mucho y si hay mal tiempo no me compensa", explica Bledar Vlaj, gerente de El Roble, en Culleredo.

Los hosteleros agradecen la disposición manifestada por los concellos, que ya han trasladado su disponibilidad a ampliar la superficie de las terrazas siempre y cuando se garantice la movilidad en el entorno, pero muchos creen que los ingresos no serían suficientes. La posibilidad de dar un paso en falso y provocar un repunte en los contagios, también desanima a algunos. "Yo voy a optar por la prudencia y la paciencia", explica Adolfo Sánchez, de la cafetería Lanzós, de Betanzos, que echa en falta concreción en las medidas a adoptar: "No hay un protocolo claro de actuación para bares, lo dejan un poco al albur de cada uno", apunta. Al responsable del Dalvy, en Sada, tampoco le salen los números. Su terraza está en terrenos de Costas y "el coste no tiene nada que ver", explica. Él, dice, solo podría habilitar siete de sus 14 mesas. "Haciendo mis números no me compensa. Vamos a esperar incluso hasta junio", explica su responsable, Álvaro Vidal.

Otros hosteleros abrirán, pero bajo mínimos. Manuel Méndez, propietario de la cervecería Pepucho, en Arteixo, que ya ofrecía comida a domicilio, explica que hoy abrirá la terraza, pero sin dar de alta al personal que se acogió a un ERTE. "Yo de momento no puedo permitírmelo", explica. Una situación parecida a la que describe Nacho Zaera, propietario de Barbazul, en Miño: "A mí me compensa porque estoy yo solo, no tengo ningún empleado. Y abro también para dar un poco de vida ea esto, que todos lo necesitamos. Cada vez que vengo a arreglar algo te cruzas con gente, clientes..., creo que es importante ver que la realidad sigue".

Su planteamiento es similar al de Javier Rodríguez, gerente de El histórico, de Betanzos. "Creo que la gente está deseando salir, poder tomarse algo en una terraza con sus amigos", apunta este hostelero, que cree que es posible compaginar esa necesidad de ocio con la seguridad si se toman las medidas oportunas y se respetan las distancias.

En municipios como Carral, son minoría los bares que subirán hoy la persiana. Al menos, eso le han trasladado al Gobierno local los hosteleros, según explica un portavoz municipal. En Cambre, también, el Ejecutivo local también ha percibido cierto recelo a abrir las puertas en esta primera fase de la desescalada, explican desde el Concello, que se ha ofrecido a facilitar la ampliación de las terrazas para compensar en parte las pérdidas por la limitación de aforo.

Cambre y Carral no han sido los únicos en sondear a los hosteleros para evaluar posibles medidas. Durante los últimos días, los responsables políticos de los distintos concellos del área han mantenido contactos con los hosteleros para recoger sus demandas de cara a la reapertura. Ayuntamientos como Betanzos, Culleredo o Curtis ya han anunciado su disposición a permitir ampliar la superficie siempre y cuando las mesas y sillas no entorpezcan la movilidad, aunque matizan que deberá estudiarse cada caso. El brigantino avanza que, de manera "temporal e extraordinaria", permitirá ampliaciones de hasta el 25% si las condiciones de la terraza lo permiten. El cullerdense se abre a permitir ampliaciones hasta los cien metros cuadrados y avanza que a partir de hoy un equipo técnico hará un "asesoramiento personalizado" a cada hostelero. Curtis expresó su disposición a permitir el uso de arcenes o aceras de forma extraordinaria, siempre y cuando sea "compatible con el tránsito normalizado de peatones"-

A consulta de este diario, los ayuntamientos de Sada, Arteixo o Miño avanzan que estudian también medidas para intentar mitigar el impacto de esta crisis sanitaria en la hostelería, al igual que en el comercio. Todos muestran su disposición a permitir la ampliación de la superficie de las terrazas siempre y cuando sea posible, aunque el arteixán admite que, en su caso, "no hay muchas posibilidades de ampliación". La exención de tasas y las ayudas a autónomos son otras medidas anunciadas por la mayor parte de los concellos de la comarca.