La tradicional feria de los sábados de Arteixo regresó esta mañana en una nueva ubicación y bajo estrictas medidas de seguridad para evitar contagios de coronavirus. Un total de 35 puestos se estrenaron bajo la cubierta del campo de la fiesta, lugar escogido por el Concello para poder cumplir las distancias de seguridad, ya que junto al balneario no había espacio suficiente para poder hacerlo. Los productores se mostraron bastante satisfechos con la afluencia de gente para ser el primer día, ya que sus expectativas eran malas.

Para acceder al recinto en el que situaban los puestos, al aire libre bajo una cubierta, era necesario pasar un control de seguridad previo. Llevar mascarilla era obligatorio. En caso de que no se tuviese, los efectivos de Protección Civil y de la Policía Local facilitaban una a cada persona. Después debía usarse un gel hidroalcohólico para desinfectar las manos. Y el último paso era un control en el que un agente comprobaba la temperatura corporal. Una vez superado, ya se tenía acceso libre a la feria, cuyos fueron instalados a lo largo de un circuito de dirección única, de tal modo que se entraba por un lado y debían recorrerse todos los puestos hasta la salida.