El restaurante Miramar, en pleno centro de Sada, recupera "poco a poco" la actividad. Sus propietarios han hecho cambios en la parte baja para intentar ganar algo más de espacio de cafetería y, pese a la reducción del aforo, afrontan los cambios con moderado optimismo. "Es una película totalmente diferente, pero hay que adaptarse", apunta Eva Gómez, que admite que se resienten del bajón pero que tiene clara su prioridad: "Ahora hay que ir por el libro".