Más cautela que zambullidas hubo ayer en la comarca coruñesa con la entrada en fase 2. Refrescarse, mojar los pies y pasear por la orilla fue la opción mayoritaria entre quienes se acercaron a la playa, que no mostraron prisa por el chapuzón. También avanzaron de puntillas en la desescalada los centros comerciales, institutos, restaurantes y hoteles. "Poco a poco" fue la expresión más empleada en todos los sectores que ayer experimentaron un avance, en algunos casos tímido, en su actividad.

El centro comercial The Style Outlets albergaba al mediodía de ayer varios clientes, aunque sin las temidas aglomeraciones por la reapertura de grandes superficies. Distancias, controles de aforo y geles desinfectantes a la entrada del centro y de cada tienda marcaron la vuelta al trabajo.

La reapertura del interior de bares y restaurantes -con un máximo del 40% del aforo- no logró convencer a gran parte de los consumidores, que siguieron prefiriendo en su mayor parte las terrazas, incluso aunque fueran cubiertas, en parte por el buen tiempo que acompañó al cambio de fase. Con gran separación entre las mesas y, en algunos casos, señales que indicaban caminos de entrada y salida, la nueva disposición del interior de los locales generaba cierta extrañeza entre los clientes, aunque más de uno se animó a tomarse su vino o su aperitivo a la sombra.

Conocidas zonas hosteleras de la comarca, normalmente muy concurridas, ofrecían ayer una estampa muy distinta a la habitual. Muchos de los locales de las callejas de Betanzos, del puerto de Santa Cruz, de O Burgo y del paseo marítimo de Sada mantenían sus persianas bajadas. El hotel de Santa Cruz, por ejemplo, ha preferido esperar y abrirá su terraza mañana y el restaurante, dos días después. Ha optado por la prudencia en cuanto al alojamiento y no reabrirá el servicio de hospedaje hasta el 19 de junio, coincidiendo con su primer aniversario. O Pote abrió uno de sus dos locales, A Raxería, para ver "cómo se mueven los números" e ironizó con que "más que desescalada, su sector se enfrenta a una escalada" para recuperar posiciones.

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Desescalada coronavirus | La comarca de A Coruña, de puntillas hacia la nueva normalidad

También dispar fue el regreso a las aulas. Institutos como Francisco Aguiar de Betanzos registraron mucha más asistencia de la esperada, con 38 alumnos en total de los 100 matriculados, mientras que en otros, como el Isaac Díaz Pardo de Sada, solo se presentó un estudiante y en el Blanco Amor de Culleredo, tres. En algunos centros, como el betanceiro, aprovecharon para emitir por videoconferencia las clases para que otros alumnos pudieran seguir la lección desde casa.

La Xunta no pudo facilitar ayer datos por centro, pero detalló que el porcentaje de asistencia a clase en la provincia fue de un 25% en segundo de Bachillerato. En FP al afluencia a centros fue mucho menor porque buena parte del alumnado realiza prácticas en centros de trabajo o prepara el proyecto, según la Consellería de Educación.

La práctica de la actividad deportiva con máquinas en lugar de apaños caseros devolvió algo de vida ayer a gimnasios como el municipal de Abegondo. Con todas las máquinas en la pista deportiva para garantizar una distancia de cuatro metros entre ellas y solo dos personas por hora, varios usuarios se animaron a volver a sus entrenamientos habituales antes del confinamiento.