"No pudimos abrazarnos ni besarnos, pero dio igual, fue suficiente con verla, me dio la vida, han sido dos meses durísimos", cuenta Pilar que, ayer, "por fiiiin", pudo reencontrarse con su madre, Inocencia, que lleva dos años ingresada en la residencia Santa María de Ois, en Coirós. Tras más de cuarenta días de alejamiento forzoso, ni el astro Lorenzo quiso perderse la reunión y brindó a madre e hija uno de esos días en los que da gusto charlar en el jardín, a la sombra de un olivo. Eso sí, con la preceptiva distancia de seguridad para garantizar que el virus no se cuela en una residencia que ha logrado resistir indemne a la pandemia.

Pilar se considera una afortunada, porque pudo hablar por videoconferencia dos veces a la semana con su madre, de 87 años, y estuvo informada en todo momento de la situación en el centro. "Estoy súper agradecida", relata. Desde que Inocencia tuvo un "achuchón" que les obligó a ingresarla en la residencia hace ya dos años, nunca, nunca, habían estado tanto tiempo separadas, cuenta.

"Sé que aquí está bien cuidada y eso es lo más importante, quiero lo mejor para mi madre", apunta Pilar, que se deshacía ayer en halagos por la dedicación del equipo de la residencia, que mantuvieron informados en todo momento a la familia.

Y es que el alejamiento forzoso por la pandemia se hizo especialmente duro para los familiares de las personas especialmente vulnerables al Covid-19. Aspace, el centro de atención a personas con parálisis cerebral de Sada, acogió también ayer su primer reencuentro. "Fue un momento muy feliz, ya te puedes imaginar", contaba ayer emocionada una trabajadora de este centro, ubicado en Osedo. Marifé Fernández pudo volver a ver "al natural" a su hija, Rebeca, de 36 años, con una discapacidad severa que le impide moverse y hablar. "Por fin, han sido dos meses muy duros. La he visto muy guapa y se puso muy contenta al darse cuenta de que era yo... Y yo más, claro", cuenta Marifé, que ingresó a Rebeca en Aspace con 14 meses. " "Estaba tan sonriente....", cuenta al ser consultada sobre cómo encontró a su hija tras dos meses en las que solo pudieron comunicarse por videoconferencia: "Y hubo un momento que empezó a reírse y yo también", relataba ayer la progenitora, que aprovechó la ocasión para apelar a la importancia del trabajo que desarrollan centros como Aspace, que precisan siempre de apoyo para atender a los más vulnerables: "Toda ayuda es poca", incidió.

Vuelven las visitas a Teixeiro

Presos de la Cárcel de Teixeiro han vuelto a recibir visitas en los locutorios, a mitad del aforo y con dos personas cada vez, desde el pasado fin de semana. Un recluso pudo ver en persona por primera vez a su hijo, cuenta el director, José Ángel Vázquez. Los vis a vis tendrán que esperar por el momento.