Poco a poco, el polígono de Sabón recupera la intensa actividad que le caracteriza. La gerente de la asociación de empresarios del parque industrial, Marta Marzoa, asegura que solo un 10% de las empresas cerraron durante el confinamiento y que el impacto real de la crisis sanitaria, al bajar la demanda, se verá a partir de septiembre.

¿Cómo fue la situación del polígono de Sabón durante el confinamiento y ahora durante la desescalada?

Nuestro polígono resistió mejor que otros esta situación de crisis porque son empresas industriales que en muchos casos pudieron seguir trabajando, salvo esos días de cierre más absoluto. En general, hemos tenido más actividad que otras áreas industriales, porque somos un polígono de industrias y no tanto de servicios. Tuvimos aproximadamente un 10% de empresas que estuvieron cerradas. Estimamos que alrededor de un 30% trabajaron con normalidad y otro 30% tuvieron un 50% de actividad. Y otro 30% que estuvo por debajo de ese 50% de actividad.

¿El impacto de la crisis sanitaria no ha sido tan importante en Sabón como en otros polígonos?

El impacto en Sabón estamos todavía por verlo. Hemos estado haciendo llamadas continuas a las empresas para saber cómo era situación. En un principio, cuando no éramos conscientes de lo qué iba a durar esto, las empresas nos decían que yo sí aguanto, si no es más de un mes, yo aguanto. Esto se ha alargado. Nuestra idea es hacer de cara a septiembre un estudio para ver el impacto real. Va a haber un impacto en la demanda de los productos, con el agravante de que es una crisis mundial. Estamos por ver el impacto de esta crisis en el segundo semestre de este año. Va a haber un impacto fuerte en las empresas.

¿Se ha notado la vuelta de la normalidad al polígono?

Hemos pasado de calles prácticamente vacías a, no es que hayamos recuperado las colas, a haber un tráfico de actividad. Empresas que estaban cerradas, ahora ya están abiertas. Empresas a medio gas ya están a tres cuartos. La actividad se va recuperando.

Los efectos de la crisis aún tardaran en verse, ¿no?

En nuestro caso son empresas de tamaño mediano, que tienen un colchón. Muchas están aguantando a ver. Nuestra fortaleza es el sector industrial. Quiero pensar que somos un polígono más resiliente por el peso industrial que tenemos aquí. Esta es una crisis que afecta a todo el mundo.

¿Qué tipo de empresa lo pasó peor en el polígono?

Están la que tuvieron que cerrar, lógicamente, y las empresas que son dependientes de los sector servicios. La bandera de nuestro polígono es el sector textil. En su momento la construcción tuvo que parar. Las fortalezas son las empresas de alimentación, que siguieron funcionando a todo gas. Excepto las de alimentación y las relacionadas con cuestiones logísticas, las demás sufrieron la crisis.

¿Cómo actuó la asociación durante el confinamiento y ahora?

A lo largo de estas semanas de confinamiento lo que hemos intentado es, sobre todo, dar apoyo a las empresas. Gestionamos sus necesidades. El refuerzo del servicio de vigilancia, en coordinación con la Guardia Civil, para garantizar la seguridad en el polígono. Preocupaba que hubiera un incremento de los robos. Estuvimos gestionando las medidas que tenían que poner en práctica, gestionamos 45.000 mascarillas en las empresas.