Los chapuzones volverán a Cerceda el 1 de julio con más distancia y seguridad de lo habitual. El Concello realiza trabajos en el Aquapark para triplicar la superficie e implantar medidas que prevengan el contagio por coronavirus.

La verja que dividía el área de atracciones del parque exterior, en el que se solían celebrar conciertos y la Festa do Cochiño, que solía usarse también para poner toallas o comer allí, se retira para, en su lugar, colocar otra que delimite la nueva superficie del parque, que triplicará la que tenía, explicó ayer el alcalde, José Manuel Rodríguez. "Al quitar la reja que había, se aprovecha toda la zona verde hasta el río", apunta el primer edil. El objetivo del Ayuntamiento al ampliar el área del recinto es permitir una mayor distancia entre los usuarios para cumplir así una de las principales indicaciones de las autoridades de cara a la prevención de contagios por el Covid-19.

Los trabajos modifican también la entrada al parque. Además, se instalan en distintos puntos del Aquapark paneles informativos para recordar a los usuarios las medidas y normas que deberán seguir en la reapertura del recinto, que cada verano congregaba a numerosos bañistas. También se pondrán dispensadores de hidrogel en la zona de las atracciones, señaló ayer el regidor cercedense.

El alcalde aclara que no se instalarán nuevas atracciones en el parque, aunque admite que podría haber "alguna sorpresa de última hora". Pero insiste en que el fin principal de los trabajos es ganar espacio para la distancia social entre los usuarios e implantar medidas de higiene y seguridad para que la vuelta al Aquapark sea lo más segura posible y cumpla con las directrices sanitarias.

El Concello mantiene su previsión de que el Aquapark reabra el primer día de julio. "Las obras van bastante avanzadas", asegura Rodríguez. Explica que, al tiempo, se realizan trabajos para mejorar la cascada de agua, por lo que se ha instalado un andamio con red junto a las rocas.