La madre de Ana Cedey tiene 77 años y es usuaria del centro de día que la Asociación Pro Enfermos Mentales (APEM) gestiona en Carballo, el único de Galicia para personas con un trastorno mental severo. Durante este periodo de confinamiento, APEM ha tratado a distancia a los usuarios, con llamadas telefónicas y visitas a domicilio para suministrarles medicación o tomarles la fiebre: "Intentábamos suplir lo que se hacía en el centro para que no perdiesen sus rutinas", explica Isabel Varela, psicóloga del centro. La decisión de la Xunta de dejar en suspenso el pago de libranzas ha obligado a cancelar temporalmente los servicios y APEM alerta del "importante trastorno" que supondrá para usuarios y familias. Ana Cedey lo corrobora. Ella, relata, trabaja y su hermano vive en Madrid, por lo que su padre, de 80 años, carga con el mayor peso de los cuidados. "La hora que mi madre pasaba en el centro le daban un respiro", explica Ana, que apela también a la importancia de mantener las rutinas para su madre.