"Nuestro gremio nunca se ha tenido en cuenta y eso que en Galicia las ferias son de toda la vida de Dios. No hay derecho a esto, mucha gente se va a quedar por el camino y puede que yo sea una de ellas", lamentaba ayer Isabel Fernández Ledo. Ella vende desde hace 25 años en mercados de toda la provincia y será una de las que tomará las pancartas el próximo lunes ante la Delegación de Gobierno contra la "discriminación" del sector de la venta ambulante durante la desescalada y también ahora que se recupera la actividad.

La Asociación Gallega de Vendedores Ambulantes denuncia que solo en A Coruña son más de 2.000 autónomos que ven peligrar su principal y muchas veces única fuente de ingresos por las medidas que deben cumplir y que, aseguran, son "más restrictivas" que en las grandes superficies. No dudan de la necesidad de aplicar protocolos de seguridad para evitar la propagación del Covid-19 pero denuncian que el distanciamiento que les imponen es "más severo" que al resto del comercio y lamentan que a día de hoy todavía no se permita la venta de textil en muchos de los mercados de la provincia. Curtis es uno de los pocos municipios de la comarca en los que se ha recuperado la actividad al 100%. La mayoría, critican desde la asociación, no ha podido retomar las ferias por completo por carecer de espacio para cumplir las normas de distanciamiento que impone en Estado.

El colectivo mantendrá hoy una reunión con la delegada de Comercio autonómica y, pese al anuncio del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, de que levantará el estado de alarma el próximo lunes, mantienen el calendario de movilizaciones hasta que les garanticen que podrán volver sus trabajos. "De momento solo tenemos buenas palabras, pero lo que necesitamos en volver a trabajar", apunta Juan Meijide, presidente del colectivo.

Vendedores de la comarca califican de insostenible la situación: "Llevamos tres meses confinados, ya nos comimos el género de invierno y hay mucha gente que todavía no ha podido volver a trabajar. Me siento muy dolida, parece que no existimos, es que ni nos mencionan siquiera. .. Nosotros también pagamos religiosamente nuestros impuestos y muchos tenemos que pagar letras de furgoneta, hipotecas... y las ayudas no nos llegan. Solo pedimos que nos dejen trabajar", resume Isabel Fernández.

Es la misma petición que hace Ikram Rbibih. Esta vecina de Arteixo cuenta que sus padres, que se dedican ambos a la venta de ropa, aún no han podido volver a trabajar. "No es justo, la temporada pasa y se acumula la mercancía".

Las restricciones impuestas al sector, dicen, pasaron factura a todos. María del Carmen Piñón se dedica a la venta de planta ornamental: "El estado de alarma nos cogió en el momento de empezar a arrancar, perdimos casi toda la campaña", explica esta autónoma, que estima unas pérdidas de más del 60%. "La separación de seis metros de frente y cuatro de laterales no tiene ni pies ni cabeza, aquí estamos al aire libre, hay muchísima más masificación en un centro comercial", sostiene esta trabajadora que exige que se permita abrir "al cien por cien" y "prácticamente con las mismas distancias que antes".

Ramón Borja incide en lo mismo y alerta del impacto de este parón en miles de familias en Galicia. "La salud es lo primero, pero el trabajo también es importante. Nos tienen que dar salida porque si no esto va a ser un caos. Tenemos hijos, créditos, estamos pagando furgonetas,… las ayudas no llegan, el próximo mes tenemos que pagar autónomos y muchos no vamos a poder porque no estamos generando ingresos", alerta este trabajador, que defiende que se puede garantizar la seguridad sin limitar la actividad de las ferias.

Isabel Fernández Ledo - Vendedora ambulante"Compré lo del verano y justo un día después nos confinaron"

"Compré lo del verano y justo un día después nos confinaron, lo poco que tenía lo invertí para la temporada", explica Isabel Fernández, que trabaja desde hace 25 años en ferias. "Me siento muy dolida e impotente, ya nos comimos lo de la temporada pasada y hay gente que todavía no ha podido volver a trabajar y que no tiene otros ingresos".

Ikram Rbibih Hrimou - Vendedora ambulante"Mis padres no han podido volver a trabajar y son ya tres meses"

Ikram Rbibih denuncia que sus padres, que se dedican a la venta de ropa, no han montar aún sus puestos en los concellos en los que pagan las tasas. "Todavía no han podido volver a trabajar y ya son tres meses. La temporada pasa y se acumula la mercancía", lamenta esta vendedora, residente en Arteixo, que explica que se acumulan las pérdidas sin tener ingresos.

Ramón Borja - Vendedor ambulante"La salud es lo primero, pero el trabajo también es importante"

Ramón Borja lleva toda la vida de ferias. "Mi madre me cambiaba el pañal en el mercadillo", bromea. Son cinco en casa y su única fuente de ingresos son los mercados. "La salud es lo primero, pero el trabajo también es importante", incide este trabajador, que alerta de que los gastos se acumulan sin ingresos y que muchos no van a poder pagar la cuota de autónomos porque llevan ya tres meses sin generar ingresos y las ayudas son insuficientes. Él se ha visto obligado a almacenar en una habitación de su casa la ropa: "No la puedo dejar en el furgón porque he tenido que renunciar a la plaza de garaje, no la podía mantener. A las prendas de invierno intentaremos darle salida cuando nos permitan reincorporarnos a los mercadillos, con otro precio", apunta este vendedor, que considera "excesivas" las medidas que se impone a las ferias en comparación con el comercio sedentario y las grandes superficies y que defiende que es posible retomar la actividad de los mercadillos con seguridad.