Adolfo Sánchez echa de menos todavía a muchos de sus clientes de toda la vida. "Hay muchas personas que todavía tiene miedo. Hay gente muy de bares que aún no ha pisado uno, que no están cómodos. Aquí de los habituales todavía faltan bastantes", explica este veterano hostelero, propietario junto a sus dos hermanos del café Lanzós, enclavado en pleno corazón del casco histórico de Betanzos.

Adolfo entiende el recelo. Lleva 25 años en la hostelería y, le encanta su profesión, y aun así también le costó lo suyo subir la persiana tras el confinamiento, admite. "Me costó decidirme a abrir, unos días antes ya empecé a dormir poco y a darle muchas vueltas", explica. Apostado en la barra, reconoce que todavía siente cierta extrañeza. Y no ayudan a aclimatarse las lagunas en las normativas. El Lanzós es el único local de Betanzos que ofrece una programación de conciertos estable, pero todavía no hay fechas para reanudar los ciclos: "Tengo equipo, tengo técnicos, tengo los grupos y tengo las ganas, porque me encanta, pero para volver a programar conciertos necesito que haya unas normas claras", explica.

Dada la limitación de aforo, la única solución que ve viable es celebrar fuera los conciertos fuera, en la terraza, cerrando la plaza y con aforo limitado, pero no es un paso que pueda dar sin el permiso y colaboración del Concello. "Yo puedo comprometerme a no servir a los que estén de pie, pero no puedo echarlos. Ahora lo fundamental es saber qué se puede hacer y en qué condiciones", explica este hostelero, que tiene previsto reunirse con los responsables municipales para abordar la situación.

"Quiero intentar hacer alguna cosita, sino va a ser un verano muy aburrido", apunta Adolfo, que ya hizo lo que pudo para amenizar la cuarentena en alianza con A Artesa da Moza Crecha y O Curruncho con concursos de versiones desde los balcones. Él, bromea, "acribilló a memes" a sus amigos durante el confinamiento y ahora no ve el momento de volver a conciertos: "Varios músicos me llamaron para decirme que venían a tocar sin cobrar nada, solo para colaborar", cuenta emocionado. Y es que sabe lo "duros" que han sido estos meses para ellos. "Tienen un problema muy gordo", lamenta. La importancia de reactivar cuanto antes ese sector es otra de las razones por los que está deseando que la música en vivo vuelva a sonar en el Lanzós, pero sin pasos en falso: "Ahora mismo no puedo garantizar nada a los músicos", incide.