El Ministerio de Transportes ha iniciado el trámite de evaluación ambiental del proyecto revisado para crear una conexión entre la Autopista del Atlántico (AP-9) y la tercera ronda (AC-14) a través de A Zapateira, en terrenos de los concellos de A Coruña y Culleredo. Se trata del conocido vial 18. Esta es la segunda vez que el departamento estatal tiene que realizar esta tramitación, ya que en el primer intento, que comenzó en 2015, no logró superarlo al detectarse varias irregularidades en los pasos seguidos para aprobar la propuesta de trazado. El Gobierno central se vio obligado a reiniciar el proceso por completo. Lo retomó a principios de 2019, cuando de nuevo expuso al público la propuesta.

El encargado de evaluar el impacto de la infraestructura es el Ministerio para la Transición Ecológica, que ya ha recibido la solicitud con la documentación. La alternativa elegida por Transportes, de entre las cuatro que analizó, parte de la AP-9 y llega hasta el enlace de la tercera ronda en A Zapateira pasando por el sur del campo de fútbol de O Carrizo y por el norte del complejo de Rialta. Supondrá un presupuesto de ejecución de 30,5 millones de euros, incluidos los 4,87 millones de euros previstos para expropiaciones. La conexión tendrá una longitud de unos 1,4 kilómetros y dos enlaces, según recoge el proyecto previsto.

Esta propuesta afecta a seis construcciones, cuatro de ellas en suelo urbano y dos, en tierras de cultivo. Además, el trazado afecta, en el concello de Culleredo, a 13.480 metros cuadrados de superficie de cultivos y vegetación; 16.252 metros cuadrados de matorral; 20.891 metros cuadrados de combinaciones de arbolado, matorral y pastizal; 30.546 metros cuadrados de arbolado forestal; 16.468 metros cuadrados de suelo terciario; 21.322 metros cuadrados de infraestructuras de transporte y 1.077 metros de suelo urbano. En el A Coruña afecta a 18.310 metros cuadrados de combinaciones de cultivos y vegetación; 61.430 metros cuadrados de infraestructuras de transporte y 545 metros cuadrados en suelo urbano. Esta infraestructura, necesaria para eliminar parte del tráfico de Alfonso Molina, ahora deberá superar la evaluación ambiental, un trámite que, como mínimo, se puede prolongar durante muchos meses y después, una vez obtenido el visto bueno del Ministerio para la Transición Ecológica, deberá ser aprobado definitivamente por la Dirección General de Carreteras, impulsora de la iniciativa.