La inversión de la compañía Inleit en el polígono de Teixeiro en Curtis ha sido elevada, unos 120 millones de euros, aunque también son importantes las subvenciones públicas que ha recibido para su implantación, tanto de la Xunta como del Gobierno central a través de los fondos europeos. En la convocatoria de 2018, la Consellería de Medio Rural le otorgó 4,4 millones de euros, la de mayor cuantía de las otorgadas en dicha convocatoria. En ese mismo año, el Estado le reconoció otra ayuda de 4,7 millones de euros, dentro de la convocatoria de incentivos regionales para la corrección de los desequilibrios económicos interritoriales. La empresa impugnó esta última subvención, al considerar que merecía 8,7 millones de euros pero el Tribunal Supremo acaba de confirmar que fue correcta la valoración y resolución del Ejecutivo central, por lo que rechaza duplicar esta cuantía.

Inleit (antes denominada Goodleit) es una suma de empresas, Lácteos Industriales Agrupados (de Guadalajara) y la estadounidense Rich Products Corporation. En el polígono de Teixeiro tienen, ya en fase de pruebas, la que es una de las mayores plantas lecheras de España (ocupa 1,2 hectáreas de superficie) y que prevé empezar a comercializar proteína láctea próximamente, 450 millones de litros al año para empezar. Cuenta ya con acuerdos con casi 200 ganaderos y varias cooperativas gallegas. Su producción será proteína y nata.

Inleit presentó un recurso contra el acuerdo de 2018 de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, porque le rechazó su recurso respecto a las subvenciones de incentivos regionales en relación a la inversión subvencionable y a la valoración del proyecto. La empresa considera que la inversión subvencionable realizada era de 58 millones, por lo que le correspondía un importe de 8,7 millones; y el Gobierno central resolvió que solo eran subvencionables 39,7 millones, por lo que la ayuda la fijó en 4,7 millones de euros.

Inleit alegó en el juicio que la Comisión Delegada del Gobierno no tuvo en cuenta toda la inversión que hizo la empresa en Teixeiro para construir la planta destinada a obtener ingrediente proteico, mediante alta tecnología, para producir nata y permeato. La compañía indicó que debía incluirse como subvencionable la inversión realizada en obra civil, bienes de equipo, estudios previos del proyecto, activos inmateriales, etc. Aludió también a que se debía atender al retorno de la inversión y no a lo realmente ejecutado. El Supremo sin embargo considera que solo se puede atender a la inversión realmente realizada y no al retorno para determinar la subvención que corresponde.

Los magistrados también destacaron que la Comisión Delegada vio como puntos débiles del proyecto la "coproducción de productos subvencionables" y otros que no lo son en la planta de Curtis, por lo que no podía pedir ayudas por la totalidad. Aunque se produzcan "ingredientes tecnológicos en polvo" principalmente en la planta, también se produce nata y permeato, que no son subvencionables.

La Sala consideró "correctas" todas las puntuaciones otorgadas por el Gobierno central al proyecto de Inleit, también respecto al empleo generado y la tecnología, y rechazó que hubiese falta de objetividad en la valoración. El Supremo también le impuso las costas, hasta un máximo de 4.000 euros.