El Concello de Oza-Cesuras expone en su web el borrador de una ordenanza para evitar daños en caminos públicos durante las talas. Se trata de una normativa que ha sido demandada reiteradamente por los grupos de la oposición, PSOE y BNG, y también por los residentes en varios núcleos rurales, que han llegado a quedarse aislados durante horas por el mal estado en el que los maderistas dejaban los caminos.

Oza-Cesuras es de los pocos ayuntamientos de la comarca betanceira que carece todavía de una ordenanza que regule las obligaciones de los maderistas durante las operaciones de tala. Solo Coirós y Vilarmaior carecen de normas y Miño trabaja en una nueva actualizada tras derogar la aprobada en 1999.

Las personas interesadas pueden consultar la propuesta normativa en la web de Oza-Cesuras y presentar las sugerencias que consideren oportunas. El texto establece sanciones de 300 a 3.000 euros por infracciones durante las operaciones de tala, una cuantía similar a las que establecen los concellos Betanzos, Bergondo y Vilasantar.

La ordenanza establece como infracciones muy graves, con multas de 1.500 a 3.000 euros, dejar las vías municipales en un "estado de suciedad que suponga una situación de riesgo para la seguridad viaria, según el informe municipal emitido para el caso" o "causar daños en carreteras, pistas, caminos u en otros elementos del dominio público local por valor superior a los 6.000 euros".

Una vez entre en vigor esta ordenanza, que todavía debe ser refrendada por el pleno, los maderistas tendrán la obligación de presentar una comunicación previa para realizar operaciones de tala con un volumen superiora 20 metros cúbicos. Las empresas madereras estarán obligadas también a depositar una ordenanza y deberán proceder a la limpieza y retirada de los residuos derivados de su actividad en los caminos, pistas y otros espacios públicos.