El segundo de los testigos solicitados por la Abogacía del Estado, Juan Pérez Babío, de 70 años, relató que a su abuela le quitaron sus tierras para ampliar la propiedad del pazo de Meirás: "A mi abuela la expulsaron de su casa", afirmó. Este sadense negó guardar "animadversión ninguna" hacia los herederos de Franco, pero reconoció que tenía "interés en que esto revierta en el patrimonio público".

Durante su intervención, Pérez Babío explicó que a su abuela "la terminaron presionando y se tuvo que marchar" de su casa. "Esto la marcó para toda su vida", lamentó este testigo, que aseguró que siempre ha visto a su abuela como "una persona profundamente triste que no quería hablar del asunto, que la habían expulsado". "Le hicieron varias visitas y me imagino que trataron de convencerla. Ella no quería, era una mujer viuda con dos hijos en el frente y una hija mayor, mi madre, y dos menores, se le cayó el mundo encima", abundó.