| Solo por su valor arquitectónico, la casa Carnicero hubiese merecido mejor fortuna. A la singularidad de esta vivienda modernista diseñada en 1916 por Rafael González Villar se suma su importancia histórica, su valor testimonial. Su nacimiento, a pie de la ría de O Burgo, está ligado a los tiempos en que la fama y calidad de los bivalvos del estuario llegaba hasta Casa Real y atraían al vivero de ostras de Enrique Carnicero a gente de todo el país, entre otros, Lola Flores o Manolo Caracol, como recuerdan los mayores de Oleiros.