No importan los años que lleve abandonado un bien patrimonial, su destrucción, parcial o completa, consigue siempre poner de nuevo bajo el foco durante unos minutos esa pequeña joya arquitectónica que la expansión urbanística arrinconó en pueblos y ciudades. Ha pasado ahora con la casa Carnicero. El incendio que destruyó la cubierta y el interior de esta vivienda modernista encajonada entre modernos edificios e infraestructuras de Perillo provocó una oleada de estupor seguida de un suspiro resignado y un se veía venir de los residentes en el entorno.

Colectivos como Hispania Nostra apremian desde hace años a actuar para evitar la desaparición de elementos protegidos y catalogados que podrían ser una fuente de riqueza y que sobreviven a duras penas por la dejadez o apreturas económicas de sus propietarios o la falta de inversión pública. Seis de los 17 bienes protegidos de la provincia incluidos en la Lista Roja de Hispania Nostra pertenecen a las comarcas de A Coruña y Betanzos. Cuatro de ellos, más de la mitad, son de titularidad pública y se encuentran en un estado próximo a la ruina por la demora de la Administración en actuar. En concreto, las Casas Bailly, el parque enciclopédico O Pasatempo. el convento de As Donas y el antiguo sanatorio de tuberculosos de Cesuras.

Las Bailly, las viviendas gemelas de O Graxal diseñadas en los años veinte por Antonio Tenreiro y Peregrín Estellés, han logrado mantener su porte a pesar de que hace ya años que traspasaron esa fina línea que separa la decadencia de la ruina. El Concello de Cambre, que ha prometido reiteradamente su rehabilitación, afirma ahora que se realizará a través de un convenio urbanístico.

El parque de O Pasatempo ha conseguido la declaración de Bien de Interés Cultural. Han hecho falta 40 años de trámites. El sueño indiano de Juan Naveira, reivindicado por todos los partidos como un patrimonio único y singular, se cae a pedazos a la espera de fondos. Concello y Diputación prevén contratar en breve la restauración de uno de sus elementos más emblemáticos: el estanque del Retiro.

El convento de As Donas lleva años en la cuneta. Considerado el edificio más antiguo de Betanzos, su rehabilitación se prometió por primera vez en 2006. Tras varios anuncios fallidos, el Concello ha redactado un proyecto de restauración que prevé sacar en breve a contratación para usos culturales y sociales.

El antiguo sanatorio de tuberculosos de Cesuras lleva desde 2007 en la Lista Roja. Tras servir de fondo durante años en posados electorales, la Xunta prometió su rehabilitación como "premio" a la fusión. El plan de reconvertirlo en residencia geriátrica fue desechado y lo que queda de este edificio diseñado por Rafael González Villar ya no recibe ni promesas.

Los otros dos bienes en la Lista Roja son el pazo de Baldomir y la Casa do Cortés, ambos de Bergondo. El primero, una casa señorial construida entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, fue engullido por una moderna urbanización. Poco antes de que empezasen las obras, este pazo, descrito en las crónicas como "uno de los más hermosos de As Mariñas", fue víctima además de un virulento incendio. El propio Concello admite que la situación es un "despropósito". Hace ya años que plantea medidas para recuperar, al menos una parte. De momento, sin éxito.

La Casa do Cortés, la mansión modernista de Guísamo, agoniza en el interior de una parcela que el banco ha puesto a la venta. A día de hoy, está oculta por la maleza.