El brote de coronavirus detectado en un gimnasio en Meicende, en la zona fronteriza entre los concellos de A Coruña y Arteixo, apenas ha alterado la vida de los vecinos y comerciantes de la localidad, que aseguran que los usuarios de la instalación apenas tenían relación con la zona. Ayer fue un "día normal" para ellos, solo roto por la presencia de medios de comunicación. Por lo demás las terrazas de los bares tenían gente, había vecinos por la calle, las tiendas funcionaban como siempre y el tráfico en la travesía principal era igual de intenso que a diario. Las noticias sobre este brote apenas han influido en este núcleo urbano, que a diferencia de Santa Cruz (Oleiros), donde se detectó otro positivo, no vive de los visitantes y del turismo veraniego.

El jueves había 18 personas vinculadas a este brote y ayer ya eran 25. A pesar de esto, los residentes se muestran calmados. "Estamos tranquilos, a ver si lo controlan", señala el presidente de la asociación de vecinos San Xosé Obreiro de Meicende, Orlando Bello. Confirma que nada ha cambiado en la localidad a pesar de los contagios en esta instalación deportiva, que está ubicada donde termina la zona industrial de Agrela y empieza el núcleo arteixano. También explica que, por lo que sabe, la mayoría de usuarios son de fuera. A poca distancia del club de lucha se encuentra el bar Dilema, en el que trabaja Asunción Rodríguez, que relata que ayer fue "un día normal", con los clientes habituales de las últimas semanas. Al lado está el local de comida para llevar O Poliño. Una de sus empleadas es Sandra Suárez, que afirma que no notó "diferencias" respecto a otros días. "Yo tengo las reservas de un día normal", indica.

Por lo que se podía ver en la calle, ayer por la mañana el ambiente en Meicende era como el de cualquier otra jornada. Domingo Suárez es un vecino, que dice estar "tranquilo" a pesar del brote mientras espera sentado en un banco a que su mujer salga de la peluquería. Cuenta que solo sale para lo imprescindible. Otro residente indica que no ha habido "ningún problema" porque la gente "que al gimnasio llega y se va". Los usuarios de la instalación son de otros concellos, según dice. "Por aquí es como un día normal", detalla este residente del municipio.

El gimnasio está situado en una nave de la zona industrial de Agrela, aunque pegado a Meicende. De hecho, es la última edificación del polígono antes de acceder al núcleo arteixano. A pocos metros están situadas la refinería y el complejo de CLH. El alcalde de Arteixo, Carlos Calvelo, que ordenó a la Policía Local vigilar que el recinto estuviese cerrado tras conocerse el brote. Indica que no cree que haya mucha vinculación entre el gimnasio y el núcleo urbano. "Son usuarios de concellos limítrofes", afirma. Pero a pesar de esto se muestra preocupado por una posible "afección" en la zona y apela a la "responsabilidad" de la gente para evitar más contagios.

El brote registrado en Meicende, relacionado con este gimnasio, contabiliza en total ya 25 casos positivos por Covid-19, según informó ayer el Sergas. Con el seguimiento de contactos realizado por el área sanitaria de A Coruña y Cee se han llevado a cabo más de 425 PCR. Un portero de un local de Santa Cruz, en Oleiros, y el caso positivo de un vigilante del centro cívico de Monte Alto están vinculados a este brote.