Naturales de A Gándara, carpinteros y afiliados a un sindicato adscrito a la CNT, José Garrido Pasandín y su hijo Eduardo Garrido Otero fueron fusilados en el Campo da Rata de A Coruña en la madrugada del 23 de octubre de 1940. Eduardo era desertor del bando nacional, igual que su hermano Manuel. Fueron paseados tras haber sido encarcelados y haber permanecido huidos, escondidos y en el monte. Ahora, el Día da Galiza Mártir, que organiza en Oleiros el BNG, rendirá homenaje a estos oleirenses, "unos de tantos que pagaron el más alto precio por soñar un país que no pudo ser", a su hijo y hermano Manuel, a las acusadas de "encubridoras" Encarnación y Andrea García Veiga y al hermano de estas Francisco. El acto contará con la asistencia de una hija de Francisco y hermana de Eduardo, Sara Garrido Otero, de 92 años, y algunos hijos y sobrinos.

El homenaje se celebrará el día 17 de agosto a las 20.00 horas. "Necesitamos justicia y reparación", defiende la publicación con la que los organizadores resumen la historia de los homenajeados de este año. José Garrido fue fusilado cuando tenía 55 años junto a su hijo Eduardo, de 22. Huyó al monte "al ser presionado por la Guardia Civil para que informara sobre su hijo Manuel", que había desertado del ejército nacional. Estuvo huido con Manuel y Eduardo. Después fue detenido e ingresado en prisión acusado de la muerte de un agente del servicio de información de la Policía Militar, José Barcia, en julio de 1939. Fue juzgado por un tribunal militar en A Coruña y condenado a muerte. Su hijo Eduardo, movilizado con el ejército del bando nacional en junio de 1937, desertó aprovechando un permiso y estuvo huido con su padre y Manuel. Fue detenido e ingresó en prisión en diciembre de 1939.

Sara Garrido Otero - Hija de José Garrido y hermana de Eduardo Garrido: "Yo ya sabía que si venía la policía tenía que

avisar. Ya habían ido a por ellos más veces"

"Me quedó muy grabado en la cabeza, era bien pequeña", recuerda Sara Garrido, de 92 años, sobre el día en que fueron a buscar a su padre y a su hermano Eduardo para llevárselos y fusilarlos. Tenía "6 o 7 años", detalla. "Yo ya sabía que si venía la policía tenía que avisar. Ya habían ido a por ellos más veces. Y había un señor que los vigilaba", recuerda la hija y hermana de dos de los homenajeados este año por el Día da Galiza Mártir, quien asegura sobre el acto que "está bien que por lo menos se acuerden de ellos".

Sara Garrido recuerda que su padre y sus hermanos habían estado huidos. "Alguna vez nos saludaron desde el monte", cuenta. Narra también el día en que apresaron a su padre. Ella había salido "a coger berzas fuera", junto a la casa y, al ver a los agentes, corrió al interior para avisar a su padre. Llegó a tiempo de dar la alerta y que José Garrido se escondiera "en un hueco que había junto al fregadero", pero "se le quedó un trozo de la camisa por fuera y lo vieron", cuenta la hija de Sara. Estaban los dos solos en casa. Su madre había tenido que salir y, de sus hermanos, algunos se habían casado y vivían ya fuera del domicilio familiar y Eduardo permanecía escondido en casa de una familiar, relata.

Preguntada por si el acto de homenaje sirve para hacer justicia o como reparación Sara Garrido confiesa: "Me gustaría tener sus restos". Recuerda que se informó a la familia de que habían sido enterrados en una fosa común en el cementerio municipal de A Coruña y que años después se les notificó un cambio de ubicación. "Dijeron que podíamos ir a buscarlas, pero tníamos miedo de revolver y que hubiera lío con nosotros", explica.