El 14 de febrero de este año un lobo fue atropellado en una carretera, cerca de Santiago de Compostela, y la Consellería de Medio Ambiente confirmó que había sido trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) de Santa Cruz (Oleiros). Al mes siguiente la Xunta aseguró que el animal estaba en fase de recuperación aunque los pronósticos iniciales no eran optimistas por sus graves lesiones, con muchas fracturas en sus patas. Desde entonces, seis meses, tras preguntar por el estado del lobo a Medio Ambiente en varias ocasiones durante y después del confinamiento, la última vez ayer mismo, nadie explica cómo se encuentra el animal.

La Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) presentó por registro en la Xunta el pasado 29 de julio, según ha informado, una solicitud de información sobre su estado, el "manejo veterinario" y la "justificación del confinamiento durante tantos meses". Esta entidad reclama la "inmediata liberación" del animal, si está ya recuperado, para aumentar sus probabilidades de supervivencia, tras medio año en cautividad.

Otro colectivo, Galiza Terra de Lobos, también se ha hecho eco de esta demanda, después de que algunos expertos apunten que tras tantos meses ya puede estar "muy socializado" y su liberación podría ser difícil. Las dos entidades reclaman al menos que se informe desde la Xunta sobre cómo está este animal.