El libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda y el DVD de Amores Perros de González Iñárritu, están en medio del batiburrillo de decenas de prendas de ropa, calzado, cajas y otros enseres que han quedado en el suelo de la vivienda tras la marcha apresurada de la familia que la ocupaba de forma ilegal desde hace dos meses en Perillo. Ayer acudieron dos patrullas de la Guardia Civil para realizar el desalojo tras la resolución del Juzgado de Instrucción Número 3 de A Coruña que acordó esta medida "necesaria para evitar que la situación de okupación ilegítima perdure más en el tiempo".

La jueza señaló también en su auto que la familia que ocupaba la vivienda, una pareja con dos niñas pequeñas y los progenitores de la madre, "reconocieron en sus declaraciones en sede judicial" que residían en la casa de forma "ilegítima" pero se negaban a irse hasta que se les gestionase una vivienda social. En el auto judicial se indica también que antes de acceder a esta vivienda en Perillo los denunciados "desalojaron voluntariamente otra vivienda previo pago de su propietario, demostrando una habitualidad y reiteración en este tipo de conductas ilícitas".

"Quiere agradecer la rapidez y agilidad del juzgado y el apoyo de los vecinos, sin esto no habríamos logrado recuperar la casa", destacó ayer Nuria Fernández, una de las propietarias de la vivienda de Perillo ocupada. Su padre explicó que ahora tapiarán toda la casa, por la parte que da a la finca, ya que por el lado de la acera "el Concello no lo permite". Y confían en que ahora el promotor interesado en la compra de los terrenos donde se ubican estas viejas viviendas en ruina, quiere aún adquirirlos. Esta familia también necesita el ingreso, al estar uno de sus miembros en paro. Los vecinos realizaron durante semanas concentraciones de apoyo a su causa.

En las ocupaciones de viviendas, las que no se realizan como un negocio por parte de mafias, chocan los derechos legítimos de un propietario con la necesidad de un techo de familias sin recursos y el fracaso de la sociedad que no les reporta una solución cuando existen centenares de casas vacías.

"Ocupamos esta vivienda por necesidad y todos nos han dado con las puertas en las narices, también el Concello de Oleiros y el trabajador social", explicó ayer la abuela de las niñas, que ya habían salido de la casa el día anterior, cuando iniciaron la mudanza, antes de la llegada de la Guardia Civil.

Sus padres, Jorge y Estefanía, cobran una Renta de Inclusión Social (Risga) de 400 euros y no tienen más recursos. Reconocieron desde el principio que estaban ilegalmente en la vivienda pero reclaman desde hace años, también al Concello de A Coruña, una vivienda de protección. Han vivido en la casa en Perillo en una situación pésima, sin luz ni agua, con una construcción en ruinas que podía haberse venido abajo en cualquier momento.

La casa fue desocupada pero en una pared quedó un papel con el nombre de la pareja, los padres de las niñas, y una fecha: "Jorge y Fanny. 2-5-2012".