El Concello de Miño encara otro problema urbanístico enquistado: Monte Piñeiro. El alcalde, Manuel Faraldo, destaca que se trata de una "situación heredada" y defiende que la solución alcanzada permitirá reducir a "al máximo" el impacto.

En Miño cierran un conflicto urbanístico y pasan en otro....

Sí, eso parece, pero no voluntariamente. Se trata de una situación heredada con una cadena de hechos consumados. Lo que intentamos ahora es minimizar el impacto. de la urbanización. Hay unas empresas propietarias de los terrenos que han ganado hasta ahora todos los litigios al Ayuntamiento y que tienen unos derechos. Y esos derechos pasan por, o bien ejecutar una urbanización de setecientas viviendas, o reclamar una indemnización que superaba los 20 millones. Nosotros lo que intentamos fue alcanzar la solución menos mala.

Sentarse a negociar una solución con las promotoras tras años de pleitos no parece sencillo. ¿Qué disposición encontraron?

Muy favorable, la verdad. Fueron razonables. Entienden perfectamente que no es asumible para nosotros pagar veinte millones cuando hemos tardado casi diez años en devolver el canon que adelantaron. Y son conscientes de los condicionantes de mercado y legislación, saben que hacer setecientas viviendas no es lo apropiado. Acordamos que harán 350 y hemos adjudicado a José Manuel Casabella y José Luis Martínez Raído el diseño del desarrollo.

Serán la mitad de viviendas, pero no deja de ser una gran urbanización en un enclave muy sensible, muy próximo a la costa y a las marismas. Ustedes siempre se mostraron muy críticos en el pasado con urbanizar en esta zona...

Sí y a mí me encantaría que todo eso fuese una gran zona verde, un gran parque público. De hecho, nosotros lo propusimos hace años, durante la tramitación del plan general, están ahí nuestras alegaciones para verlas. El problema es que ahora ya no podemos dar marcha atrás, no podemos retrotraernos a aquel momento, las empresas propietarias han adquirido unos derechos y no les puedes decir ahora que renuncien. Eso podría suponer una nueva indemnización millonaria para el Concello. La cuestión ahora es buscar mal menor y buscar un punto de equilibrio de salida.

¿Y qué condiciones pondrán para urbanizar este ámbito?

Evidentemente, que se respete la legislación, el Plan do Litoral, la ley de costas, eso es obvio. Y después que la urbanización esté integrada y disponga de espacios públicos de calidad. Queremos que predomine la vivienda unifamiliar con terreno, que los edificios de dos alturas y bajo cubierta sean los menos posibles y que se distribuyan en la línea que bordea la colina para reducir el impacto visual y paisajístico. Y en la parte central de la colina proyectamos un gran espacio libre donde se puedan celebra múltiples actividades.

¿Y en el entorno de las marismas?

Esa zona quedaría totalmente liberada, evidentemente.

¿No les preocupa que la urbanización quede aislada?

Sí y para evitarlo creemos que diseñar unos buenos accesos es fundamental. Planteamos cuatro o cinco como mínimo. Hay varias entradas posibles, por Loios, Extremeiro, en la zona del final del colegio o bajando por la carretera de Miño hasta la playa, enfrente al puerto, aunque ahí hay mucho desnivel y hay que ver cómo se ejecuta. También queremos que el ámbito tenga usos comerciales, que no sea solo vivienda, que se puedan instalar comercios en bajos.

¿Y se ha inspirado en alguna urbanización de la comarca a la hora de replantear Monte Piñeiro?

Yo puse como ejemplo Oleiros, casas con terrenos, con zonas de esparcimiento, que se vea verde. Esta urbanización va a estar en un entorno privilegiado, a veinte minutos de A Coruña, al lado de la playa, de las marismas, que vamos a poner en valor con una senda perimetral. Lo que queremos es que sea un espacio de calidad, integrado en el pueblo.