Cuatro molinos y 24.000 metros cuadrados de bosque a orillas del río Medio, en Goimil, buscan dueño. Su propietario oferta este enclave natural por 76.000 euros tras naufragar su proyecto de un hotelito rural. El precio es muy inferior al que fijó en un primer momento, cuando la supresión de las ayudas para este tipo de iniciativas de turismo rural dio al traste con sus planes. De los 248.000 euros que pedía inicialmente pasó a 169.500 euros y, ahora, a 71.000 euros.

"Es mucho menos de lo que invertí, metí un dineral para montar un hotel de la naturaleza, fue una desilusión muy grande", relata este empresario, que avanzaba ayer que está a punto de cerrar un acuerdo de venta. Durante los últimos meses, han sido numerosas las personas que se han puesto en contacto con el propietario para interesarse por este conjunto etnográfico de cuatro molinos, uno de ellos reformado ya como vivienda. "Me llamó mucha gente, sobre todo de fuera, también muchos curiosos", relata el propietario, que prefiere mantenerse en el anonimato.

Los robos y el vandalismo han pasado factura a este pedacito de historia de Vilarmaior. "Invertí mucho dinero y tiempo en rehabilitar los molinos, pero se han ido deteriorando mucho por los robos, se lo fueron llevando todo poco a poco", se lamenta este emprendedor, que admite que llegó un punto en que no quería ni dejarse caer por el lugar: "Fue una desilusión tan grande que ya no quería ni ir por ahí, ahora lo que quiero es pasar página".

El alcalde de Vilarmaior, Carlos Vázquez, explicó ayer a este diario que un joven empresario ha consultado en el Concello la viabilidad de habilitar en este enclave una pequeña área recreativa, con cabañas y tirolina. El regidor se muestra ilusionado con este proyecto que, incide, contribuiría a atraer turismo a este pequeño municipio rural, aunque evita, de momento, echar las campanas al vuelo. Prudente, el mandatario pone el acento en que los técnicos deben analizar el proyecto para si es compatible con los valores naturales de esta zona.

Hace años, el Concello llegó a a un acuerdo con propietarios de otros molinos del río Medio para su cesión temporal para acondicionarlos y diseñar una ruta. Miño también rehabilitó los suyos, aunque algunos se encuentran bastante deteriorados por falta de mantenimiento.