La Audiencia Provincial ha ratificado el archivo de la denuncia que interpuso un particular contra el exedil de Cambre Manuel Marante y su hijo por supuesta estafa y uso de información privilegiada en la compra de una casa en mal estado de la calle Balado que años después fue declarada en ruinas y expropiada para abrir una calle. La sentencia es firme.

El dueño original de la vivienda interpuso una querella contra el exconcejal y su hijo aduciendo que ambos eran conocedores en el momento de la compra de que la casa sería declarada en ruinas y expropiada y que habían aprovechado esa información para adquirirla a bajo precio con la previsión de obtener más por su expropiación.

Los jueces no ven acreditado en modo alguno que ni el exconcejal ni su hijo se valiesen de información privilegiada cuando este último decidió comprar la casa en 2014, dos años antes de que el Concello retomase un antiguo expediente para declarar en ruina esta y otras dos viviendas de la calle con el objeto de demolerlas y eliminar un tapón en el centro de la capital municipal (previsión ya incluida en las normas subsidiarias de 1994).

Los magistrados argumentan que en la documentación que el Concello de Cambre trasladó al juzgado recoge que en 2010 se había declarado la caducidad de un expediente de ruina anterior sobre aquella finca, extremo del que "tuvo que tener conocimiento quien en aquel momento era el propietario del inmueble", en alusión al querellante. Por este motivo, la Audiencia considera que no puede sostenerse que el comprador hubiese manejado en 2014 una información privilegiada que le hubiese facilitado su padre y de la que este último "hubiera tenido conocimiento exclusivamente por razón de su cargo público y que no hubiera sido todavía publicada o divulgada".

El Alto Tribunal tampoco ve indicios de estafa en la operación de compraventa y apunta que en la escritura pública del 18 de noviembre de 2014 no solo consta que el querellante intervino como vendedor y el hijo del exedil como comprador, si no también el precio de enajenación, "que la parte vendedora reconoce haber recibido en metálico, pese a lo manifestado por el querellante en el sentido de que nunca existió tal compraventa y que los querellados nunca pagaron precio alguno por el inmueble".

A consulta de este diario, el exedil Manuel Marante, que dejó la política municipal hace ya seis años, relató que fue el anterior propietario de la vivienda el que le comunicó su intención de venderla y que él se lo comentó a su hijo, que hacía "chapucillas", por si le interesaba restaurarla. Su única intervención en la compra, subrayó, fue consultar al arquitecto municipal si había alguna actuación prevista. "Me dijo que no había nada previsto", relató el exconcejal, que tras acompañar a su hijo a una reunión con el anterior titular se "desentendió" del asunto, afirma. "Mi hijo pidió licencia para rehabilitar la casa y dos meses después le avisaron del Concello que no hiciese nada, que iban a declararla en ruinas y demolerla", cuenta.

Según la información publicada en su momento, esta casa fue la primera de las tres afectadas en ser de molida. El derribo de tres viviendas de la calle Balado provocó otro enfrentamiento judicial, en este caso entre el Concello y los dueños de otra de las viviendas, la número 12, propiedad de familiares de otro exedil, Luis Taibo. Los titulares se opusieron sin éxito a la declaración de ruina, que fue refrendada por la Justicia.