"No siempre nos salían bien las cosas. Teníamos muchos fracasos. Y por ahí andaba el señor Díaz Pardo, calladito, serio, andaba recorriendo todo. Y cada tanto venía a vernos y nos tuvo mucha paciencia también, ante los fracasos. Las piezas salían deformadas o gordas. Pero era un señor muy, muy amable. Es lo que yo recuerdo de él", relata Dora Larrañaga, una de las primeras jóvenes que, junto a tres compañeras, trabajaron en la fábrica de cerámicas Celta, que el intelectual galleguista fundó a mediados de los 50 en la localidad argentina de Magdalena. Exempleados han impulsado un proyecto de recuperación de recuerdos de Celtia y una iniciativa que, gracias a más de 150 firmas y al apoyo de todos los grupos políticos locales, da el nombre de Díaz Pardo a una calle y el de Celtia a una plaza de la localidad.

"Nunca imaginé que estábamos al lado de un personaje tan importante", asegura Larrañaga en su narración de los tiempos en que se iniciaba la fábrica donde se fraguó "un trabajo colectivo que hoy vemos como un proceso histórico que definió parte de la identidad de este pueblo", describe el primogénito de uno de los fundamentales de Celtia, el sadense Manuel López de Ben.

Los recuerdos de Celtia y su fundador van más allá de anécdotas laborales entre vecinos. "Era un proyecto cerámico pero también intelectual, cultural y de recuperación de la memoria histórica, no solo de argentina sino también de Galicia. Fue muy importante para todos nosotros", asegura el hijo mayor de Díaz Pardo, Camilo Díaz.

Celtia combinaba las visitas y contactos con intelectuales, artistas o científicos con un modo distinto de trabajar y tratar a los empleados. "Mientras trabajábamos nos daban clases de arte, nos hablaban. Era como ir a una escuela, no sentía que estaba trabajando. Las personas fundadoras de Celtia estaban muy interesadas en que el personal conociera la movida cultural del momento, de 'abrirles la cabeza', y que el trabajo no fuera simplemente algo mecánico. Veía el sentido de culturizar el trabajo", cuenta Larrañaga.

Imágenes de juegos de té heredados de la abuela, fotos de trabajadores o sus responsables y relatos de experiencias nutren un grupo de Facebook que ha apoyado la iniciativa del homenaje. "Mantener la memoria colectiva de nuestra sociedad es un ejercicio permanente que debe reforzarse y acompañarse con gestos que pongan en relieve acontecimientos y figuras destacadas como la de Isaac Díaz Pardo y el proyecto Celtia S. A.", sostiene el proyecto de ordenanza para rebautizar la calle y la plaza. La Asociación Cultural Irmáns Suárez Picallo, de Sada, aplaude el proyecto, que le comunicó la Federación de Asociaciones Gallegas de la República Argentina.