La Cueva del Pirata de Sada reabrió sus puertas en abril de 2019 tras una costosa reforma integral. Los gestores de este café-cantante relatan que invirtieron más de 300.000 euros en remodelar este local, que aspiraban a convertir en una referente de la música en vivo, pero la pandemia truncó sus planes. "En todo lo que va del año solo pudimos abrir mes y medio", lamenta Pilar Eiroa, que explica que se puso en contacto con el Concello para analizar las posibilidades de una reapertura adaptada a las circunstancias.

El local dispone de un espacio habilitado como restaurante y en la pista se reparten ahora mesas a modo de cafetería. "Planteamos programar otro tipo de eventos, como espectáculos de magia o monólogos y pedimos al Concello que nos dejase abrir desde las seis aunque solo fuese para cubrir los gastos. Seguimos pagando el alquiler, basura, los seguros...", apuntan.

Los propietarios de este local llaman la atención sobre la importante inversión que hicieron en medidas de seguridad por la emergencia sanitaria: "Instalamos una máquina que higieniza todo el local", relata la gestora al tiempo que muestra esta pieza, parada desde hace meses en un rincón del escenario. Esta pareja de hosteleros muestra también los medidores de temperatura que adquirieron, los virucidas de desinfección, los geles hidroalcohólicos de uso obligatorio entre clientes, las mascarillas y pantallas protectoras... "Lo llevábamos todo a rajatabla", afirma Pilar, al tiempo que muestra los registros de clientes que llevaban para localizarlos en caso de que fuese necesario.

Entiende la orden de cierre, pero contrapone su situación con la actividad que, dice, se desarrolla en otros establecimientos del municipio o de otros concellos, en los que se realizan actuaciones en vivo o sesiones de djs. Los responsables de este negocio han presentado además varios escritos ante el Concello en los que denuncian que otros bares incumplen las normas sin que se tomen medidas. "Fuimos los primeros en cerrar, pero si otros lo hacen mal nuestro sacrificio no vale de nada, no nos importa estar cerrados si todo el mundo cumple, pero si no vamos a salir nunca de esta", argumenta la hostelera, que afirma que ya antes de la pandemia denunció que había locales que ofrecían música en vivo o sesiones de baile sin cumplir los requisitos y sin contar con la preceptiva licencia: "Nosotros tuvimos que cumplir rigurosamente con la normativa vigente", incide la hostelera, que apunta a la costosa inversión en insonorización. Esta empresaria afirma en los dos últimos meses presentaron varios escritos en los que pedían información al Concello sobre las medidas adoptadas a raíz de sus denuncias sin obtener respuesta y acusa tanto al Gobierno local como a la Policía Local de hacer caso omiso de sus demandas.

Su denuncia derivó en un nuevo desencuentro entre el Gobierno local y la Policía Local. A consulta de este diario, el jefe de la Policía Local afirmó que sí tenía conocimiento de los escritos presentados por la responsable de la Cueva del Pirata y apuntó que había trasladado al Gobierno local los atestados por incumplimientos en varios locales para que procediese a su tramitación. El policía relató además que a raíz de esta queja había pedido explicaciones sobre los expedientes de las más de 40 denuncias realizadas desde 2016 y avanzó que, en caso de que no se hubiesen tramitado, extremo que consideró improbable, se vería obligado a denunciar el caso ante las autoridades oportunas.

El alcalde, Benito Portela admitió la existencia de denuncias sin cursar y atribuyó el retraso al colapso del área de Urbanismo por falta de personal. El regidor, que recalcó que "se irán tramitando en un sentido u en otro", afirmó desconocer los incumplimientos que denuncia la hostelera y apuntó a las excepciones que establece la ley de espectáculos para música en vivo de baja entidad. Sobre el cierre del local, se mostró comprensivo con sus demandas, pero incidió en que la ley no permite su reapertura salvo que solicite un cambio de licencia como hicieron otros locales de Sada.