La emergencia sanitaria mantiene en vilo al comercio y la hostelería de la comarca, dos de los sectores más castigados por la pandemia. En Sada, la demora de ayudas ha suscitado las quejas de los comerciantes, que reclaman celeridad al Gobierno municipal: "No van a hacer rico a nadie, pero son vitales para que algunos comercios puedan seguir abiertos, y están tardando mucho", explicaba ayer Belén Mojón, portavoz del colectivo.

El Concello abrió a principios de julio una convocatoria dirigida a autónomos y pequeñas empresas, a la que destinó 800.000 euros. Casi cuatro meses después, estas subvenciones, que oscilan entre los 750 y los 1.500 euros, todavía no han llegado a los bolsillos de los beneficiarios: "La gente no puede seguir esperando, ya han anunciado una segunda línea de ayudas y todavía no hemos recibido las primeras", apunta Belén Mojón que, pese a las críticas, deja claro su agradecimiento por la "receptividad" de la concejala de Promoción Económica, Laura Rodríguez.

El Ejecutivo admite la demora y espera resolver el proceso la próxima semana. La edil Laura Rodríguez atribuyó en buena medida este retraso a los errores en la documentación presentada por el 90% de los solicitantes, que obligó a abrir un plazo de subsanación. "A mí también me parece mucho tiempo, pero la mayor parte de las solicitudes llegaron mal", explicó la edil, que se mostró comprensiva con los errores, dado el carácter extraordinario de esta convocatoria, a la que se presentaron más de 300 solicitudes. Laura Rodríguez afirmó que la resolución del proceso es "inminente" y apuntó que, para agilizar este proceso y la nueva convocatoria de subvenciones anunciada, han reforzado el departamento.

Comerciantes de la calle peatonal Linares Rivas piden también que se reordene el feirón y se tomen medidas para evitar que los puestos obstaculicen la entrada a los comercios, sobre todo los días de lluvia, cuando instalan las lonas. "A algunos ya no les compensa ni abrir los sábados por la tarde. Mi negocio lo tapan por completo, no se me ve nada", lamenta Belén Mojón, que explica que han pedido al Concello que mantenga en esta calle los puestos agroalimentarios y desplace a la zona de As Brañas, más amplia, los de textil.

Laura Rodríguez afirma que un vigilante vela para evitar que no se produzcan situaciones como las relatadas por la comerciantes y que la policía tiene orden de levantar un puesto ante ese tipo de incumplimientos. Se muestra dispuesta a "dar una vuelta al feirón", aunque apela a la necesidad de reunir a todas las partes para pactar la solución más beneficiosa para todos.