"Liquidación total por aburrimiento". Esta era lo que vociferaba una de las vendedoras de ropa que acudió ayer a la Feria de Todos los Santos de Betanzos. No era para menos, ya que el número de visitantes que se acercó a la plaza principal y sus alrededores fue bastante bajo en comparación con otros años en los que había afluencias masivas. El motivo de este descenso es el Covid-19, que afecta a todos los ámbitos de la vida. El miedo de la gente a contagiarse y los cierres perimetrales decretados por la Xunta para A Coruña y Ferrol afectaron gravemente al mercado, en el que la oferta superó claramente a la demanda.

"Muy pobre el día. No vale para nada", relataba ayer María Viqueira en su puesto de hortalizas situado en la subida hacia el casco viejo. Aseguraba que en un día que fuese normal se hubiera "acabado todo", pero ayer apenas tuvo ventas. Coincidía con ella Arturo Varela, en su puesto de embutidos y postres. "Vino muy poca gente. Está todo cerrado. Aquí venía gente de Coruña y Ferrol", detallaba.

Una de las floristas presentes señalaba que a pesar de ser 1 de noviembre, Día de Difuntos, apenas hubo ventas. "Fue muy mal", indicaba. Lo atribuía a que la gente no sale y al cierre de A Coruña.

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La pandemia puede con la feria del 1 de noviembre en Betanzos

Hortalizas, quesos, ropa, castañas, frutas o churros eran los productos que abundaban en la feria, pero faltaban los compradores. Los locales de hostelería también se resintieron, ya que las conocidas terrazas de los soportales apenas estaban a medio gas. De hecho, en la zona se notaba tanto la falta de gente que era fácil aparcar cerca del recinto de la feria, cuando en otros años había que hacerlo en O Carregal. Por momentos parecía que había más vendedores que posibles compradores por la plaza García Hermanos.

El Concello betanceiro decidió mantener la celebración del feirón debido a su relevancia con "unas medidas de seguridad extraordinarias para que se respeten las normativas por el Covid-19". El recinto estaba vallado y tenía habilitados varios accesos, en los que había personal de Protección Civil, Policía Local y seguridad privada contratada para esta ocasión. Era obligatorio el uso de geles hidroalcohólicos.

El Gobierno local había explicado que la anterior feria del día 16 fue suspendida a pesar de que las circunstancias epidemiológicas eran mejores que ahora "porque las restricciones habían sido publicadas apenas 24 horas antes a su celebración y no había posibilidad de organizar la feria con garantías suficientes para dar cumplimiento a las normativas". En cambio, ayer, con una situación sanitaria mucho peor, permitió el tradicional mercado del 1 de noviembre.