La Asociación de Empresarios del Polígono de Sabón elaboró entre septiembre y octubre un detallado estudio para conocer la incidencia real que ha tenido la pandemia del COVID en las firmas asentadas en el parque empresarial y las perspectivas de futuro. Hubo 42 contestaciones de los 72 asociados. Los resultados hechos públicos ayer por la entidad revelan que un 28% de las compañías que participaron en el análisis recurrieron a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) debido a la bajada de ingresos derivada del descenso de la actividad económica. En el momento de elaborar este trabajo la cifra era de un 4,8% ( esta cifra incluye los ERTES por fuerza mayor y causas objetivas). Por otro lado, un 15% se vio obligada a realizar ajustes de plantilla y un 11,9% solicitó ayudas públicas, mayoritariamente del Gobierno.

La asociación del polígono destaca que el estudio realizado refleja, por un lado, “la solidez, resiliencia y capacidad de las empresas del polígono, que han sabido dar respuesta a la crisis sobrevenida y, por otro, los esfuerzos que han tenido que realizar y las inversiones que se han visto obligadas a acometer en un contexto de claro descenso de producción y ventas”.

Uno de los datos llamativos del análisis es que hay algunas empresas que no se vieron perjudicadas por la situación, sino que incluso lograron tener un aumento en su producción, con lo que ante un escenario tan negativo surgió alguna oportunidad de mejora. Se trata de firmas vinculadas al sector de la alimentación, que durante el primer estado de alarma, que comenzó en marzo y se extendió hasta junio, vivieron un importante incremento de la demanda debido al pánico que arrastró a mucha gente a hacer acopio de alimentos.

Las empresas se muestran bastante pesimistas respecto a una posible mejora de la situación económica de aquí a un plazo de dos años. Un 83,4% de las firmas de Sabón declararon que son pesimistas o muy pesimistas sobre la evolución prevista del mercado, según afirma la asociación del parque empresarial.

En materia de recursos humanos, una de las principales medidas aplicadas ante el inicio de la pandemia fue el teletrabajo. Un 76,2% de las empresa aplicó este sistema, afectando a un 23,3% de su personal. Otras decisiones que aplicaron fue la puesta en marcha de turnos de trabajo (65%), medidas de control ante posibles contagios (72%), medidas de conciliación (66%) y formación (60%, afectando al 91,6% de sus plantillas).

Las empresas se han visto obligadas a anular determinados espacios comunes, a realizar pruebas diagnósticas, a adquirir termómetros y medidas protectoras y a intensificar las limpiezas, según indica la entidad.

En cuanto a la incidencia del COVID en la producción, un 69% de las empresas declaró tener un descenso en la actividad productividad durante el primer estado de alarma y un 57,1% continuaba con ese descenso tras la vuelta a la nueva normalidad. Por el contrario, un 10% de las empresas afirmaron tener un aumento en su producción. Estas fueron las del sector de la alimentación.

El COVID también ha obligado a las empresas a reorganizar su funcionamiento, ya que un 88,1% ha reducido las visitas tanto de proveedores como a clientes y un 69% implantó sistemas de videoconferencia para mantener esos contactos, teniendo mayor peso esta medida en las empresas de mayor dimensión. Las compañías deben rediseñar sus objetivos estratégicos para hacer frente a los cambios de la pandemia, según afirma la entidad del polígono arteixano.