El alcalde de Oza-Cesuras, Pablo González, recibió hace unos días una carta de Sus Majestades de Oriente en la que le comunican la cancelación de la cabalgata por la pandemia. Los Reyes Magos encomiendan al regidor una misión: “Queremos que hagas llegar la magia de la Navidad a todos los niños y niñas del municipio” y que “organices de la manera que veas más apropiada el reparto de los regalos, ningún niño debe quedar sin su regalo”.

Tal encomienda dejó al alcalde “con las rodillas temblando”, confiesa el político en una carta que difunde en redes sociales y por domicilios. En la misiva, el regidor invita a los pequeños a elegir entre un listado de juguetes hasta un máximo de 50 puntos y entregar su petición en el buzón real, con la promesa de que en unos días estará a su disposición en dos comercios del municipio.

La campaña ha suscitado las críticas del BNG por “clientelar”. “Nos parece totalmente caciquil y populista que se centre en la figura del alcalde, que se presenta como intermediario entre los niños y niñas y los Reyes Magos”, censura en un comunicado. Su portavoz, Estefanía Busto, comparte la necesidad de colaborar con las familias y comercios, pero cree que “hay mecanismos más democráticos”, como ayudas al comercio o “descuentos para las familias que lo precisen”. “Lo que necesitan los menores y sus familias son servicios de calidad, no un regalo del alcalde que se financia con los impuestos de toda la ciudadanía”, apunta.