La primera reunión de la comisión de seguimiento que abordará el futuro del pazo de Meirás se celebrará el próximo martes y no parece que vaya a reinar ese consenso entre Gobierno, Xunta, Diputación y el Concello de Sada que, en opinión de todas estas administraciones, resultó clave para la recuperación del inmueble.

El conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, presentó ayer las bases del plan de usos de As Torres de Meirás que, espera, sirva de “punto de partida” para diseñar en común el futuro del pazo, recuperado de forma provisional para el patrimonio público tras permanecer 82 años en manos de los Franco. El representante autonómico, que apeló constantemente al consenso y la participación durante la rueda de prensa, presentó ese documento base acompañado únicamente por el secretario xeral de Cultura, Anxo M. Lorenzo.

Román Rodríguez defendió que el nuevo relato de Meirás debe ofrecer la memoria “completa” del pazo, pero dejó claras sus preferencias al escoger como escenario de su comparecencia la casa museo de Emilia Pardo Bazán, la intelectual y “pionera del feminismo en Europa” que, recalcó, debe recuperar el “lugar que merece” en esa edificación, entre castillo y pazo, que la escritora erigió en Sada. “En Galicia nos interesa hablar más de As Torres de doña Emilia que del pazo de Franco”, defendió.

Román Rodríguez planteó cuatro líneas de acción para “revitalizar” el pazo de Meirás, que aspira a convertir en un “faro de la igualdad”. En primer lugar, la redacción de un plan museológico y una programación didáctica que reivindique a Pardo Bazán y promocione la cultura, la igualdad y los “valores democráticos frente a los ejercidos por Franco durante la dictadura”. La segunda, el diseño de un centro de creación cultural y artística que incluya, entre otras acciones, residencias literarias para creadores. En tercer lugar, la puesta en marcha de un espacio de emprendimiento e investigación que lleve el nombre de Pardo Bazán, que “haga justicia a la apuesta por la libertad de doña Emilia”. Y, por último, un “jardín de la libertad” que sirva como “espacio para la memoria y la reflexión sobre la dictadura, el papel de las mujeres durante este período histórico e en la actual democracia” y “como recuerdo y reparación de las personas represaliadas y perseguidas por la intolerancia y el totalitarismo”.

El conselleiro insistió en su comparecencia en que la Xunta no pretende “blanquear” el franquismo ni “ocultar” la dictadura. “Queremos convertir As Torres en un lugar que ponga en valor a Emilia Pardo Bazán sin olvidar su pasado como residencia del dictador. No queremos que sea el pazo de Franco, queremos que sea el pazo de Emilia. En Galicia nos interesa hablar más de As Torres de doña Emilia que del pazo de Franco”, sostuvo.

A preguntas de los periodistas sobre la descompensación en la que, a primera vista, incurre este documento entre los usos vinculados a Pardo Bazán y a los dirigidos a recuperar la memoria histórica, Rodríguez insistió en que el pazo contará la “historia completa”, con sus “luces y sombras”. “No se puede obviar la historia del recinto. Se trata de decir toda la verdad, desde el principio hasta el final, pero hay que diferenciar entre la persona que lo construyó y la que lo ocupó de forma alegal”, defendió.

El responsable autonómico hizo hincapié también en la necesidad de consensuar los usos y recalcó que las bases son un “documento vivo”, sujeto a cambios y aportaciones. “Queremos que sirvan para abrir el debate” y que haya un “intercambio de propuestas que hagan de Meirás un lugar para la ciudadanía”, sostuvo Rodríguez.

La presentación de estas bases en solitario no ayuda al consenso, opinan los grupos de la oposición, BNG y PSOE, que se abstuvieron en el Parlamento en la propuesta del PP de pedir la transferencia del pazo de Meirás precisamente porque los populares rechazaron las enmiendas para crear una comisión que consensuase los usos y contenidos entre las distintas administraciones, entidades culturales y de la memoria histórica e investigadores que participaron en el proceso que culminó con la sentencia de primera instancia que ordena la devolución.

La decisión de la Xunta de anticiparse y no aguardar a la primera reunión de la comisión de seguimiento que abordará el futuro de As Torres suscitó ayer las críticas de otras administraciones implicadas. El alcalde de Sada, Benito Portela, fue el primero en expresar su malestar: “Una cooperación institucional obliga a un mínimo respeto por las otras administraciones y por la sociedad civil. Únicamente desde la cooperación institucional, junto con la necesaria e imprescindible participación de las entidades y asociaciones de la memoria histórica se pueden acordar los usos del pazo”, advirtió.

El regidor advierte de que “mal empieza Feijóo” y recuerda que la Xunta tiene sus competencias, pero el Concello también tiene las suyas, “tanto urbanísticas como en patrimonio cultural”. Portela aguarda una rectificación y avanza su desacuerdo con las bases del plan, que, censura, relegan la memoria al jardín y promueven una “didáctica parcial e interesada del pazo”. “El señor Feijóo quiere que solamente se hable de Pardo Bazán porque le molesta la memoria, sobre todo la histórica y democrática, del franquismo, de la dictadura, de la represión”, criticó.

La Diputación también acogió con malestar la presentación del plan de usos de la Xunta. “Nos sorprende que la Xunta presente públicamente las bases sin contar previamente con la opinión de las distintas instituciones y colectivos implicados en el proceso”, apuntó el responsable del área de Patrimonio de la Diputación, Xosé Luís Penas, que recordó que la recuperación, aún provisional, del pazo de Meirás fue posible gracias al “trabajo colectivo”. El diputado se manifestó en la misma línea que la Xunta Pro Devolución do Pazo de Meirás (el ente impulsado por la Diputación que aglutina a concellos, colectivos culturales y de la memoria, universidades e investigadores), que solicitó ya hace semanas un debate plural para establecer los nuevos usos.

El responsable provincial de Patrimonio cuestionó el papel preponderante que la Xunta quiere dar a Emilia Pardo Bazán: “A nuestro modo de ver, se tiene que mostrar necesariamente la historia del expolio franquista y también ser un centro de recuperación de la memoria histórica, social y política de nuestra historia y, concretamente, de las víctimas del franquismo, que tienen que ser homenajeadas y recordadas”, apuntó.

La Delegación del Gobierno evitó ayer pronunciarse sobre las bases de la Xunta, aunque todo apunta a que podrá sus peros. La vicepresidente primera, Carmen Calvo, coincidió con Núñez Feijóo en que As Torres deben servir para dar a conocer el legado de Pardo Bazán, pero hizo hincapié en la importancia de los usos para recuperar la memoria histórica.

Investigadores como Carlos Babío, coautor de Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio y nieto de una mujer que fue expulsada de su casa para ampliar la finca del pazo, no oculta su indignación por una propuesta con la que, sospecha, el Gobierno gallego pretende realmente borrar del relato “el expolio franquista”. “Feijóo antes decía que no era un pazo, que era una torre y ahora dice que es un faro”, ironizó. Este investigador, que dedicó años a remover en los archivos de las distintas administraciones para recabar información sobre la adquisición y mantenimiento del pazo durante la dictadura, defendió que es imposible excluir la figura de Pardo Bazán del Meirás, dado que es su “obra arquitectónica”, pero incidió en que el hecho de reivindicar su figura no debe ser “excusa” para “excluir la memoria democrática”. “Cuando Emilia Pardo Bazán no existían estos muros, estas garitas”, defendió ayer ante las puertas del pazo. Babío lamentó además que las distintas administraciones que deben marcar la hoja de ruta en Meirás pretendan “obviar ahora la participación civil”. “Este proceso siempre fue participado”, incidió.

Cuando todos apelan al consenso... por separado

La primera reunión para abordar los futuros usos del pazo de Meirás, celebrada en vísperas de la entrega provisional del inmueble, culminó con una rueda de prensa en el que los representantes de las distintas administraciones comparecieron por separado. No hubo foto conjunta de la vicepresidenta, Carmen Calvo, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a pesar de que ambos apelaron en sus intervenciones al consenso para fijar la gestión y futuro de As Torres. La rueda de ayer del conselleiro Román Rodríguez para presentar en solitario las bases del plan de usos abrió una nueva grieta. A pesar de que el responsable autonómico hizo alusión a la necesidad de abrir ahora “proceso participativo y abierto”, su presentación en solitario suscitó las quejas del Concello de Sada y la Diputación, que le afearon el fondo y las formas.

Los represaliados, relegados al jardín

El conselleiro de Cultura solo hizo una mención a los represaliados en la presentación de las bases del plan de usos del pazo de Meirás, en concreto, al plantear la creación de un “jardín de la libertad”. El escaso tiempo que dedicó a plantear acciones dirigidas a la reparación de las víctimas del franquismo y el hecho de que solo hiciese alusión a esa finalidad al hablar de los usos en la finca suscitó críticas. “La memoria no es un jardín”, replicó el alcalde de Sada, Benito Portela. Pese a que el conselleiro recalcó a preguntas de los periodistas que la memoria estará presente en los usos museográficos, el escaso tiempo que les dedicó en comparación con las alusiones a Pardo Bazán despertó las suspicacias de la oposición, el Concello de Sada y la Diputación, que acusan a la Xunta de utilizar a la escritura de “excusa” para “ocultar” la dictadura.