Crear un laboratorio de cero y a bajo coste es posible. Lo han demostrado los alumnos del instituto David Buján de Cambre. El proyecto Biomakers na escola, con José Manuel Viñas como tutor, propone construir material de laboratorio de biotecnología de elevado coste a un precio inferior. Una iniciativa que ha sido reconocida por Galiciencia, que le otorga el premio especial de temática La innovación del futuro, a nombre de los alumnos Alicia Balado y Jacobo Núñez. “Hace tres años empezamos un proyecto para trabajar con robots. Por el camino nos dimos cuenta de que podíamos hacer nuestro propio laboratorio de biotecnología”, informa el profesor.

El objetivo: que cualquiera pueda tener un laboratorio en su centro. “Normalmente, el instrumental de laboratorio cuesta muchísimo. Así empezamos a trabajar en nuestro material”, expone Viñas. Dentro del instituto hay “agitadores magnéticos y una incubadora de bacterias”. Todo muy casero. “Un agitador magnético de frío cuesta 150 euros. El nuestro lo sacamos por 7 euros con un ventilador de un ordenador y un imán”, desvela.

Para conseguirlo, el tutor y los alumnos han estudiado con detalle cada modelo y han buscado por internet cómo construirlos. “Tenemos un espectrofotómetro, que sirve para medir colores o moléculas. Lo hicimos con piezas de Lego, una webcam y un prisma de un CD”, explica, entusiasmado, José M. Viñas. Todo ello lo comparten a través de su página web e intentan que llegue a otros institutos para fomentar esta pasión por la ciencia. Actualmente, el David Buján comparte proyecto con centros de Lituania, Italia y Macedonia. “Nos piden materiales y compartimos la experiencia. Lo mejor sería que pudiésemos vernos, pero por ahora solo podemos hacer videoconferencias”, comenta. Viñas recuerda que “cualquiera puede unirse” y su deseo y el de los estudiantes es que “otros colegios repliquen esto y, en algunos casos, lo mejoren”. Según el profesor, esta iniciativa permite a los participantes aprender “física, química y biología, al mismo tiempo que hacen tecnología”. “Es un proyecto muy completo”, resume.

El afán por seguir creando y evolucionando no se detiene. Viñas estima que Biomakers na escola “continúe durante el próximo año”. En su cabeza, y en la de los alumnos, solo hay nuevas ideas. “Tenemos pensado hacer más cosas, como cultivos de diferentes microalgas y bioarte, que es arte con bacterias, y microalgas de diferentes colores. Pero eso ya es el futuro”, reconoce José Manuel Viñas.

Galiciencia, la feria científica gallega que ha celebrado de forma online su decimoquinta edición, se ha fijado en el trabajo de los estudiantes del David Buján, pero también ha premiado al equipo del instituto Zalaeta formado por Celia Amodia y Andrea Delgado. Elaboraron, a través de la impresión 3D, unos planos y mapas táctiles para facilitar la vida diaria de las personas con visibilidad reducida. Además, el proyecto Musicando xenes, de Marcos Grobas, del instituto Manuel Murguía de Arteixo, recibió el premio para la mejor comunicación. Se basa es un sistema de descodificación del ADN a otro lenguaje distinto del biológico, el lenguaje musical, usando la secuencia de nucleótidos de un gen para crear una pieza musical.