Un inspector de la Policía Nacional retirado de 83 años fue detenido ayer después de disparar y herir a uno de los agentes de la Guardia Civil que acudieron a su vivienda a raíz de la denuncia presentada por su exmujer por amenazas de muerte. El octogenario, residente en una urbanización de Bastiagueiro, en la Rúa dos Niños, disparó dos veces con un rifle a una ventana y una a la puerta de su vivienda cuando los guardias civiles llamaron y se identificaron para proceder a entrevistarse con él y detenerlo por la denuncia de violencia de género. El agente resultó herido leve por una esquirla de bala y el octogenario permaneció atrincherado en su vivienda más de doce horas, durante las cuales los agentes subieron al tejado o apuntaron hacia la vivienda a metros de distancia.

El detenido, que tiene licencia de caza, se enfrenta a cargos por violencia de género y la Guardia Civil realizaba ayer las diligencias que determinarían si se le imputan también cargos por atentado a un agente de la autoridad y por homicidio en grado de tentativa. El octogenario llegó a la comisaría de Lonzas a media tarde de ayer, recién llegado de la revisión médica a la que se le llevó directamente al mediodía, en cuanto salió de su vivienda, por su propia voluntad, tras convencerlo un negociador de la Guardia Civil, que pasó allí toda la noche, relató el cuerpo.

El hombre podría enfrentarse a cargos por homicidio en grado de tentativa

Los agentes acudieron al domicilio del policía retirado a las 21.50 horas del viernes tras denunciar su exmujer las amenazas de muerte, que profirió por teléfono. Los agentes se identificaron y el hombre respondió con los tres disparos, informa el instituto armado. Del segundo salió la esquirla que hirió a un guardia civil en el cuello, aunque la herida fue de carácter leve y superficial. Al comprobar que tenía armas, los agentes solicitaron apoyo de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de A Coruña. Se estableció entonces el protocolo correspondiente: se hizo un cerco y se llamó a un mediador para que negociase. El cerco consistió en cerrar la calle para evitar que pasasen transeúntes o vehículos, dado que el hombre estaba armado, y el avisar a los vecinos de que no saliesen de sus viviendas ni se asomasen a las ventanas por si volvía a disparar. La Guardia Civil precisa que la calle se cerró desde las 22.30 hasta las 11.00 horas y que los residentes ya se encontraban en sus domicilios. El hombre pasó la noche de ayer en el calabozo, a la espera de que la Policía Judicial lo ponga a disposición judicial junto con las diligencias. La Guardia Civil estima que el detenido podrá ser llevado ante el juzgado mañana y señala que el plazo es de 72 horas.

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Detenido un octogenario que se atrincheró en casa con una escopeta cuando iba a ser detenido por violencia de género

Vecinos de la vivienda del detenido aseguran que lo conocían por haberles regañado en sucesivas ocasiones por aparcar en una zona de paso a la parte trasera de su vivienda e incluso haberles advertido de que tenía armas en casa y haber amenazado con que “al que volviese a aparcar allí, lo tiraba a la bahía, a él y a su coche”, relató ayer al mediodía Victoria Mosquera, una monitora de la escuela de surf situada en el extremo inferior de la calle, Prado Surf, que tuvo que permanecer cerrada por la mañana debido al operativo policial. Su compañero y coordinador del centro Javi Estévez apuntó que su “modus operandi habitual” consistía en que “primero te echaba la bronca y te decía que él había conseguido que no se pudiera aparcar allí y luego te contaba su vida y te tenía media hora”. Mosquera y Estévez coincidieron en no haber dado importancia a las amenazas por ser mayor.

El octogenario avisó de que tenía armas a vecinos que aparcaban mal

Dos vecinos y estudiantes de Ciencias del Deporte, Adrián Monteagudo y Gonzalo Ortega, relataron que al ver el operativo policial creyeron que se trataba de “una redada por droga”. “A un amigo que estaba en la ventana le dieron un flashazo los guardias civiles para que se metiera en casa”, cuentan.