Fachada de las antiguas caballerizas del pazo de Lóngora, que se rehabilitarán. | // L.O.

El Ayuntamiento de Oleiros anunció en 2016 que trasladaría el Museo Kaydeda de olería, ahora en As Torres, al castillo de Santa Cruz. Este cambio se ha demorado debido a tareas previas: en estos cuatro años el Gobierno contrató a una técnico especialista para realizar un inventario de las más de 5.000 piezas de cerámica existentes (solo se exponen unas 2.000, el resto están almacenadas) y redactar un proyecto para conseguir la declaración de colección visitable, y luego su integración en la Rede de Museos de Galicia. Ahora el Ejecutivo acaba de dar otro paso de cara a este traslado, ha sacado a contratación las obras para acondicionar el edificio que antiguamente eran las caballerizas del pazo de Lóngora en Liáns y convertirlo en biblioteca, a donde se trasladarán todos los fondos que ahora están en el castillo (para dejar sitio para las piezas de barro), y que pertenecen al Centro de Extensión Universitaria e Divulgación Ambiental (Ceida). El Ceida tiene más de 7.000 volúmenes solo en monografías relacionadas con el medio ambiente.

El Concello ha licitado por 229.476 euros (IVA incluido) estos trabajos que durarán seis meses. Esta reforma del inmueble la ejecutará el mismo equipo del arquitecto que realizó la rehabilitación en 2002, Fernando Agrasar. En esa fecha se actuó en el inmueble porque estaba en estado de ruina y se ejecutó un espacio de un solo volumen a doble altura para respetar el original. Tras su restauración se preveía usarlo como almacén.

Este pazo es un bien catalogado con protección no integral (y calificación de uso dotacional docente) por lo que es obligatorio conservar su estructura exterior. Se pedirá por lo tanto permiso a la Dirección Xeral de Patrimonio. Se forrarán todas las paredes de arriba a abajo de estantes para colocar los libros y se instalará suelo radiante y un sistema de aire para mantener la temperatura y humedad adecuadas para los libros. En la planta de abajo habrá una recepción y un área de consulta además de otra de reunión, junto con un aseo. Una escalera comunicará con la altura de arriba, abierta en el suelo (quedando solo un pasillo rodeando las paredes).

Se limpiarán las fachadas, se colocará una barrera antirradón, se instalarán ventanas con cámara, se pondrá una estructura cortavientos acristalada en una de las puertas de entrada, se dispondrán tabiques interiores de tablero de cartón-yeso, se renovará toda la instalación eléctrica y toda la iluminación, además de instalar conexiones Wifi, poner nueva fontanería y saneamiento y un sistema de ventilación.

En la planta baja podrá haber hasta 52 personas y en la de arriba, ocho. Ahora hay 114,49 metros cuadrados de superficie útil y tras la reforma aumentarán a 169,29 metros.

En el proyecto se destaca que se cumple con la legislación en accesibilidad a pesar de que para acceder a la segunda planta solo hay una escalera. Se apunta que al tener menos de 200 metros cuadrados de superficie, no es obligatorio ascensor ni rampa y además la primera planta “se considera de uso restringido ya que va a ser utilizada por un máximo de diez personas que tendrán el carácter de usuarios habituales”.

El pazo: el hogar de Marcial del Adalid y Fanny Garrido

Los libros, revistas especializadas, fondos digitales, cartografía y estudios técnicos no publicados, todo relacionado con la educación ambiental que ahora están en el Ceida del castillo de Santa Cruz, pasarán a este espacio reformado del Pazo de Lóngora. Si el Ceida es gestionado por un Consorcio (Xunta, Universidade, Concello), este pazo junto al bosque metropolitano de Liáns es propiedad del Ayuntamiento, quien hace unos tres lustros cedió su uso al Instituto Universitario de Medio Ambiente de la Universidade de A Coruña, que lo gestiona aún hoy aunque no realiza una actividad muy conocida y el recinto además no es visitable. Este pazo (en un recinto amurallado) fue levantado a final del siglo XVIII por un comerciante de La Rioja como segunda residencia y su ocupante más conocido fue su nieto, el músico y compositor Marcial del Adalid, junto con su esposa, la escritora Fanny Garrido. Centro de la vida musical y literaria, al fallecer la hija de ambos legó las propiedades a los Salesianos que lo tuvieron como explotación agrícola hasta que lo abandonaron, pasando después por diversas manos tras compraventas, hasta que el Concello se hizo con él por convenio urbanístico.